miércoles, 21 de abril de 2010

Diálogos con la música: Carlos Núñez

A pesar de no contar con demasiado apoyo por parte de los visitantes de la web a tenor de los resultados que arroja la encuesta de la derecha, y tras pasar varios meses en el limbo, vuelve la sección musical de increiblebleble en homenaje a las músicas que me hizo descubrir Ramón Trecet en su programa Diálogos 3.

Aunque Carlos Núñez es un artista actualmente reconocido a nivel internacional y alguno de sus discos ha resultado ser un superventas, la primera vez que lo escuché en el espacio de Trecet aún era un músico de minorías. El considerado uno de los mejores gaiteros del mundo publicó su primer disco en 1996: A Irmandade das estrelas. En él sobresale la melodía del tema Amanecer, de una belleza inusitada, y el virtuosismo con que interpreta A irmandade das estrelas.

He de reconocer que me abalancé a comprar su siguiente álbum, Os amores libres, donde recorre de norte a sur la tradición musical española, fusionando los sonidos celtas gallegos con los flamencos andaluces en temas tan significativos como Jigs and Bulls. Su tercer disco, Mayo Longo, fue su consagración como artista mainstream, al conquistar las radio fórmulas con su precioso Pozo de Arán (aunque de ese disco a mí me cautiva Nana de lluvia). Tras esto, una recopilación (Todos os mundos), una vuelta al alma celta de Galicia (Almas de Fisterra), su colaboración en la banda sonora de Mar Adentro, que le animaría a grabar en el 2006 diversas versiones de música de cine (O son do mar) y antes, en 2004, el encuentro con músicos y músicas amigas en el disco Carlos Núñez & Amigos. Por mucho que me siga gustando su música, jamás podré olvidar la belleza de sus dos primeros discos, que fueron mi puerta de entrada a las “otras músicas”.

Qué difícil es hacer una selección de los temas de Carlos. Y no la haré por calidad, sino por lo que personalmente han significado para mí. Así, los dos primeros temas que le escuché, Amanecer y A irmandade das Estrelas, se me antojan incomparables al recordarme la sorpresa y el deleite que me produjo este contacto con otra forma de entender y hacer música
Por otro lado, las distintas colaboraciones con artistas de todo tipo (sus maestros Chieftains, Vicente Amigo, Phil Cunningham, Ry cooder, Dulce Pontes, o la Vieja Trova Santiaguera- por Dios, ese “Para Vigo me voy”, qué maravilla-) han sido una constante, y de ellas quiero destacar aquí Negra Sombra, donde Carlos Núñez y Luz Casal ponen música y voz a un poema de Rosalía de Castro, y el matrimonio perfecto entre la hipnótica voz de la cantante israelí Noa y las notas que Carlos alumbra con sus gaitas y flautas en A lavandeira da noite. Son tantos los temas que me apetece poner que no creo que sea la única vez que Carlos Núñez se asome a este rincón de la red de redes.

El futuro próximo es una aproximación del genio vigués a la música de Brasil. Esperamos, maestro.





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