Tengo algo abandonado el blog, cierto, y, en pocos meses, todavía más porque...¡voy a ser otra vez papá (D.m.)!En realidad, pensaba limitar esta entrada a enlazar el artículo con el que anuncié que iba a ser papá por primera vez (
aquí), pero mi mujer, con razón, me convenció de que este nuevo acontecimiento merece también una entrada por sí mismo. Eso sí, obviando algunos problemillas/sustillos que nos estamos llevando con el embarazo (que no serán nada, si Dios quiere),
lo que puedo decir ante esta buena nueva tiene que ver sobre todo con Victoria, mi primera y maravillosa hija. Y es que si la ilusión ante la llegada de un hijo siempre es grande, más es aún cuando la primera experiencia ha sido tan extraordinaria como la nuestra con Victoria. Es una niña tan guapa, tan buena tan kfjojskkljkiadjk (tengo problemas en el teclado, le ha caído la baba y empieza a salir humo).
Los casi diecisiete meses que lleva entre nosotros han sido los mejores de mi (de nuestras) vidas. Sí, sí, ya sé que cada niño/a (aún no sabemos lo que es) es distinto, pero
ya desde hace meses, cuando veía a niños más pequeños que Victoria, y aunque parezca mentira, me invadía cierta sensación de añoranza y nostalgia de cuando ella era "más bebé". Pensar que esos momentos no se han perdido, sino que, como un viajero en el tiempo, puedo ir hacia atrás, y recuperarlos con mi nueva progenie, con el añadido de que estará Victoria andando nuevos pasos en su infancia, me llena de ilusión y alegría. Lo único malo de esta experiencia es la normal preocupación por el embarazo y el parto, porque todo vaya bien, y el nuevo ser que se ha creado nazca sin problemas y en las mejores condiciones, pero, claro, eso nadie te lo puede asegurar, y sólo puedo poner mi fe y esperanza en que así será (seguro estoy de ello).
Pues nada, eso, que voy a ser otra vez Papá, ya veremos si de un niño o de otra niña, y yo estoy feliz y contento de tener otra oportunidad de vivir la maravillosa experiencia de la paternidad.
Leer más...