viernes, 6 de marzo de 2009

Respuestas Increibleblebles (I)

Para “listar” estos disparates haré una pequeña introducción del tema al que aluden, aunque en algunos casos la verdad es que ni hace falta. Hay que tener en cuenta que son referentes a la geografía y a la historia, por lo que no resultarán igual de graciosos a los más avezados en la materia que a los neófitos en la misma. Creo, sin embargo, que todos pueden disfrutar de estas “perlas cultivadas”, incluso mis propios alumnos de hoy en día, susceptibles aún de que aparezcan en estas líneas alguna “producción” suya, eso sí, dentro de unos años y de forma totalmente anónima. ¿Se acordarían ustedes de algún disparate de su puño y letra si lo viesen reproducido en algún lugar? Yo sí, y por ahí voy a empezar.


Para que no se diga, las primeras barbaridades que voy a mencionar las puse yo en mis tiempos de estudiante. Son dos.
Todo el mundo conoce, y si no lo hace lo hará puesto que tengo en proyecto dedicarle un “Yo no estuve allí”, a Juan Martín Díez, “el empecinado”. Guerrillero español de la Guerra de Independencia, terror de los franceses y de fatídico destino una vez se produce el regreso de Fernando VII. Su sobrenombre, “el empecinado”, ha pasado al castellano como adjetivo que refiere, según el diccionario de la RAE, a aquella persona obstinada, terca o pertinaz. Sin embargo, en un examen me bailaron las sílabas y en vez de “el empecinado” yo lo bauticé como “el empenecido, sin reparar en aquellos tiempos mozos en las connotaciones erótico-festivas que podría este apodo tener.

Ya en la universidad, en la asignatura de Historia Moderna, y hablando sobre las fuentes de la historia, estudiamos los archivos históricos más importantes de España. De entre ellos destaca el Archivo General de Simancas, o Archivo de la Corona de Castilla. Este archivo está situado en la localidad vallisoletana de Simancas, claro está. Pues bien, para dotar de mayor importancia al mismo, hablé en un examen de segundo de carrera de este archivo ubicándolo en un Castillo de Simancas (que existe) propiedad de una tal Marqués de Simancas, que jamás existió, ni marqués, ni conde, ni nada que se le parezca, aunque, eso sí, si no existió debería haber existido, y gran favor hice yo a dicha localidad al inventármelo, ¿no?

No sé si con el tiempo me acordaré de algún disparate más de mi propia cosecha, pero si lo hago no dudéis en que por aquí aparecerán.

Siempre intentaré ser fiel a la redacción y ortografía de la respuesta original, así que no os sorprendáis si faltan puntos o comas, no hay concordancia en las oraciones o hay graves faltas de ortografía.

Y por no ser yo el único “avergonzado” aquí va una definición de Edad Media de un estudiante de 4ª ESO:

“la edad media es de los siglos XV-XVI. Se encuentra el barroco que era de los romanos, que se lo trajeron para España y los portugueses. Lo que dio paso a otra época que se llama moderna”.

Si ordena todos los conocimientos igual, sus padres le habrán instalado un GPS para que pueda volver a su casa todos los días, el buen chaval o chavala.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

jajaja, me acuerdo que yo una vez tenía que poner 3 y puse 4, jajaja

Wayne dijo...

Bwahahaha, qué bueno Euclides, sobre todo tú poner eso. Sis que me parto contigo.

Anónimo dijo...

Pues lo tuyo con “el empenecido” no es nada. Yo le cambié el nombre a un rey Godo, para mofa y escarnio de mi querido profesor de Historia de primero de BUP. Llamé "Recadero" a Recaredo. Peor que lo que le pasó a Euclides, sin duda. jur jur ...

Wayne dijo...

Jeje, un error muy habitual, sí señor. Con los reyes godos el colmo sería cambiarle el nombre a Wamba por "playera", o "zapatilla de deporte"... ¿? ... Sisque es domingo por la mañana, anoche me acosté tarde, comprendedme, la cabeza aún no se ha despejao... perdón, perdón.