sábado, 14 de marzo de 2009

"Ni gota conocimiento": anécdotas de la II Guerra Mundial (I)

La historia trata sobre personas, y eso es lo que siempre me ha atraído de la misma. Las personas tienen multitud de caras, de dimensiones, unas más serias y otras más cómicas. Para el aficionado a la historia, todos los aspectos son sugestivos, aunque unos nos puedan parecer más importantes que otros a la hora de conseguir el fin primordial de la historia: comprender cómo se ha edificado el presente para analizarlo y a partir de ahí construir el futuro. También deberíamos pararnos a pensar si esos aspectos que consideramos accesorios y anecdóticos no tienen mayor trascendencia de la que les damos, puesto que como bien sabemos el ser humano es imprevisible, y precisamente a menudo las decisiones más imprevistas e inexplicables, movidas por motivaciones y pasiones de lo más humanas aunque poco razonables y lógicas, son las que conforman el futuro de las personas. Y es que somos humanos. Es lo que hay.

La Segunda Guerra Mundial fue el conflicto bélico que más vidas se ha cobrado en la historia de la humanidad. Se calcula que las víctimas mortales fueron en torno a los 50 millones, mientras que los heridos y mutilados se cifran en unos 35 millones. Aparte de las cifras, esta confrontación se acompaña de hechos verdaderamente terribles y escalofriantes: el holocausto judío, la bomba atómica, etc. Sin embargo, a pesar de lo dramático del hecho en sí, también se pueden encontrar sucesos que nos hacen esbozar una sonrisa, o que simplemente demuestran que el ser humano es totalmente imprevisible aún en las situaciones más trágicas. He estado buscando algunas anécdotas interesantes, sorprendentes o directamente risibles relacionadas con esta guerra, y aquí paso a relatarlas. Su veracidad es como todo; aparecen en libros de historia, pero es difícil que se pueda demostrar fehacientemente que las cosas sucedieron tal y como se relata pues en el caso de haber testigos oculares, ya sabemos lo aficionados que somos todos a “decorar” y “maquillar” las anécdotas con el propósito de hacerlas más atractivas. Aún así, creo que son curiosas y vale la pena conocerlas. Las fuentes son diversas, pero sobre todo proceden de un foro de internet: forosegundaguerramundial.com y de los libros de Jesús Hernández, especializado en estos asuntos.

Como muchos ya sabéis, unos de los grandes secretos de la Segunda Guerra Mundial fue la Operación
Overlord,
el desembarco de las tropas aliadas en la Europa Occidental para abrir un tercer frente con el objetivo de liberar Francia y atacar las fronteras alemanas. Se produciría el día D a la hora H, y lo más importante, nadie, salvo el alto mando aliado, debía saber dónde y cuándo se iba a producir. Precisamente el hecho de que se desembarcase en Normandía fue una sorpresa para los alemanes, que esperaban ese desembarco en el paso de Calais. El desconcierto alemán se personifica en Rommel, el responsable de defender las costas francesas. El día D, el 6 de junio, fue seguramente el peor día de su vida. Y no, no fue sólo porque cuando desembarcaron los aliados él se encontraba en su casa de Herrlingen, en Alemania, donde había ido a celebrar el cumpleaños de su mujer. Lo peor para él fue que le había comprado unos zapatos en París a su señora, ¡y no le estaban bien! Seguramente prefirió la bronca de Hitler por el fiasco en la defensa de las costas del continente que el cabreo de la parienta.

Eso sí, que el lugar y la fecha de la operación se mantuviese secreto, a pesar del celo de los aliados, fue pura casualidad a tenor de las anécdotas que lo rodearon, de las que ahora enumero unas cuantas.

El desembarco aliado en Europa había sido encubierto con términos misteriosos para quien no estuviera al corriente de la operación. Así, el conjunto de la operación se denominó Overlord; la parte relativa al desembarco por mar, Neptune, el apoyo y llegada de las unidades aéreas y aerotransportadas, Fortune; y Utah, Omaha, Sword, Gold y Juno fueron las palabras utilizadas para indicar las playas donde se realizarían los desembarcos y Mulberry la que designaba los dos puertos artificiales que se emplazarían ante las playas. En mayo de 1944 el Daily Telegraph publicó una serie de crucigramas que preocuparon sobremanera a la autoridades aliadas. Todo comenzó con un crucigrama que contenía la palabra Utah. Es una palabra común y pasó obviamente desapercibida; vale. El crucigrama del 22 de mayo contenía el término Omaha; hmmm, vaya, vaya. A continuación, entre el 27 de mayo y el 1 de junio, aparecieron Mulberry, Neptune y Overlord. Ahora ya sí, saltaron todas las alarmas. ¿Estaban pasando información secreta al anemigo a través de las respuestas a los crucigramas? La solución del caso nos remite a una casualidad desconcertante. Los autores de los crucigramas eran dos profesores de enseñanza media (si es que son lo peor) en el instituto de Leatherhead, condado de Surrey: Leonard S. Dawe y Melville Jones. Cuando el servicio secreto llegó hasta ellos, demostraron fácilmente desconocer toda la operación militar, puesto que los crucigramas sospechosos se habían preparado seis meses antes de haberse planeado la operación, por lo que todo había sido fruto del azar. Casualidades de la vida, que diría aquel, aunque peligrosas, sobre todo, para los dos protagonistas, que puestos a acertar seguramente hubieran preferido hacerlo con los números de la lotería. Sí, sí, se habían librado de ser acusados de espías, pero... ¿es que las autoridades británicas no se dieron cuenta de que eran algo peor? ¡Profesores!

Poco después, en Chicago, la policía postal descubriço en un paquete procedente de Inglaterra documentos relativos a cierta "Operación Overlord". El envío iba dirigido a una muchacha estadounidense. Rápidamente la maquinaria de la inteligencia norteamericana se puso en marcha. Se realizó una investigación en la que participaron docenas de agentes. La solución del caso no pudo haber sido más mundana y casual: un sargento que estaba en el mando de Eisenhower había escrito la dirección de su hermana en un paquete para entregar en el Pentágono, y la dirección del Pentágono en otro paquete destinado a su hermana. Le puede pasar a cualquiera.

Pero ahí no acaban las curiosidades. Londres, 1943. Una mañana de mayo. El sol luce en todo lo alto, lo que agradecen sobremanera los londinenses, eufóricos al poder mirar hacia arriba únicamente para contemplar el cielo, y no estar obligados a hacerlo para vigilar la llegada de bombarderos de la Luftwaffe. Hace calor, pero corre una brisa que refresca el ambiente. Ministerio de la Guerra. Un funcionario entra en su despacho y abre las ventanas para que corra algo de aire. Al abrir, una ráfaga de viento se lleva los doce ejemplares de una comunicación secretísima que explicaba la Operación Overlord. Los papeles vuelan a la calle, llena de gente que disfruta del agradable día. Los funcionarios bajan a recuperar los documentos. Recuperan once, pero ni tras dos horas de búsqueda consiguen recuperar el decimosegundo. Cunde el pánico en el Ministerio. Al funcionario se le va a caer el pelo. Sin embargo, poco después son informados de que el último documento ha sido entregado por un transeúnte a un policía a caballo que montaba guardia en la puerta. Se tranquilizan, pero no del todo. Interrogan al agente y no es capaz de recordar al hombre que le ha entregado los papeles. Eso sí, aclara, lo que recuerda es que usaba gafas gruesas y parecía tener dificultad para leer. Los dirigentes del ministerio se pasan la mano por la frente, secándose el sudor. ¡Fiuuuuu!. Como decíamos cuando éramos niños, “por casi”.

La última por hoy. Una joven operadora de teletipos de la Asociated Press, en la noche del 4 al 5 de junio, se encuentra haciendo prácticas con el aparato, a fin de mejorar su manejo. De pronto, escribe: "Urgente. Associated Press New York. Flash. C.G. Eisenhower anuncia desembarcos aliados en Francia". Cuando esto sale por la cinta, y a pesar de sospechar que era sólo una prueba, hace saltar todas las alarmas. Faltaba un día para el desembarco, y de pronto aparece una noticia que lo anticipa. En realidad, la operación estaba preparada para ese mismo día 5 de junio, pero fue retrasada a causa del mal tiempo. La inocente "becaria" puede estar poniendo sobre aviso a los alemanes. Un furioso supervisor de la propia Associated Press interviene y anula la noticia rápidamente. A veces la realidad supera la ficción, efectivamente, pero otras veces la ficción anuncia la realidad, como en este caso. Mal que le pese a la sobredicha señorita, que seguro que se le quitaron las ganas de "practicar" más. Estuvo a punto de compartir el título de becaria más influyente de la historia con la Lewinsky.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Menéalo, pibe! Cuando creas que has escrito algo interesante puedes enviarlo a esa cuenta que te has hecho en el meneame.net. ¡Suerte porque ahí lo mirarán con lupa o lo despreciarán.

Wayne dijo...

No me atrevo, no me atrevo. Además todo esto es muy conocido ya, lo único a lo que aspiro es a darle una pequeña difusión entre los que entrasmos por aquí, pero nada más. ¡Cobarde estoy hecho, por Dios!

Anónimo dijo...

Un artículo realmente curioso, muy entretenido. Permíteme que complete este artículo con una de las anécdotas más curiosas y desconocidas de la Segunda Guerra Mundial. Estoy hablando de un elemento que, aún hoy, es considerado estratégico y que sin duda decantó la guerra en favor de los aliados.
Una vez concluida la ocupación de Polonia el pueblo Alemán se dió cuenta de la enorme superioridad de su ejercito en campañas relampago. Pero el Alto Mando no tenía las cosas del todo claras si a lo que se enfrentaban era a una larga guerra de desgaste contra el resto de las potencias europeas. (como así se demostró unos años mas tarde en Rusia)
Por este motivo, el Comandante en Jefe de la SS y, al final de la guerra, General de los ejercitos de Rin propuso investigar y desarrollar el sándwich.
Este bocata hecho con pan de molde, también conocido como emparedado, era la piedra angular en la alimentación de los ejercitos aliados, en especial del ejercito británico. La idea de Himmler fue mejorar el sabor y la estructura del sandwich con el claro objetivo de superar al enemigo y contar con un ejercito bien alimentado y vitaminado.
Se destinaron varios millones de marcos para la que se dió en llamar la operación "Sandwich", sin duda, un nombre desconcertante. Los primeros prototipos no fueron del agrado del Alto Mando Aleman. Entre ellos destacó el sándwich con estructura "pan pan choped queso" que se empleó en la toma de Francia pero que no llegó a cuajar. En especial fue desacreditado por el propio Goebbels que exclamó al probarlo "Ich würde ein kleines Ei!!!!" , lo que dejaba claro su opinión sobre este prototipo.
Despues de este primer fracaso se probaron nuevas combinaciones (pan queso pan jamon de york, queso pan pan choped) e incluso una revisión del primer prototipo que tampoco cuajó (queso choped pan pan). Ya en el último año de la guerra se dió con una nueva combinación (pan choped pan mermelada de fresa) que se empleó durante los últimos meses, pero un fallo en su diseño provocaba que los soldados al comerlo se mancharan el uniforme quedando bastante pringosos y sin posibilidad de usar servilletas.

En otra ocasión hablaré sobre la 49 división Panzer a pedales, que atravesó las Árdenas en un tiempo record, sitiando a los aliados en Dunkerque. Fue una división que tuvo su recorrido, pero que finalmente fué descartada por el alto coste que suponían los parches para las ruedas de los tanques. De cualqueir modo, esta división 49 pasará a la historia, ya que fue la precursora del Tour de Francia que tantas y tantas alegrías nos ha dado.

Wayne dijo...

Von (¿puedo llamarte von?), el caso es que todo esto me suena... No sé dónde, pero lo he escuchado y/o leído en algún lao... ¿El grupo de estudios sobre la Segunda Guerra Mundial de los Monty Python, el estudioso de la Alemania nazi Woody Allen o algo así, o es "investigación" tuya?

El único plan "sandwich" del que tengo referencia (y dudosa) es un supuesto acuerdo entre Francia, Italia y Yugoslavia firmado a espaldas de Inglaterra y Alemania para convertirse en aliados si Alemania comenzaba su expansión agresiva hacia el este y el sur de Europa. Los franceses no se fiaban suficientemente de los ingless puesto que los veían "primos hermanos" culturalmente de los alemanes, y por eso buscaban otras alianzas. Esto fue, por supuesto, una estupidez urdida por funcionarios menores en busca de ascender y que no llegó a ningún lado. Pero estoy abierto a conocer más de esas operaciones que comentas. Fuentes, referencias, que estoy seguro todos queremos empaparnos de estos hechos.

Y esperamos ansiosos más historias, Von. Un saludo, y no dejes de pasarte por aquí.

Anónimo dijo...

Wayne, debes saber que nunca escribo sobre estos temas sin referencias bibliográficas serias. Puedes informarte de la apasionante historia de la creación del sandwich por Lord Sandwich en la erudita "Cuentos sin plumas" del reconocido historiador Woody Allen.
El resto de lo que se puede leer en la anterior entrada es objeto de una profunda investigación "in situ" que me ha llevado a comprobar que los errores que cometió el citado Lord durante la invención del sandwich se repitieron de nuevo durante la Segunda Guerra Mundial en el bando aleman.
POr cierto, mi abuela me llamaba cariñosamente "
klein Von"

Wayne dijo...

Si por eso lo decía, von Ribbentrop (me ruborizaría utilizar el apelativo cariñoso de una abuela), el caso del sandwich me sonaba a Woody Allen, pero pensaba que estaba en "Cómo acabar de una vez por todas con la cultura", y lo de los Panzer a pedales lo he leído y/o escuchado en algún sitio y el caso es que no recuerdo dónde, y mira que lo he buscado. Espero con ansiedad la historia.

Anónimo dijo...

Hola aveces veo tu blog y tienes cosas interesantes te dejo un blog que tiene cosas interesantes sobre historia tanto antigua, como medieval .... Espero que les guste(CLC), si no lo conocen ya

http://historiasconhistoria.es/

Wayne dijo...

Ya lo conocía, amigo, pero gracias. Es un magnífico blog sobre historia, como el similar historiasdelahistoria o curistoria, todos muy bueno y bastante más "profesionals" que el mío, por lo que los recomiendo encarecidamente.