Descansa en paz, amigo Andrés. Durante años nos hiciste la vida maravillosa. Horas y horas en tu compañía, haciendo con el bueno de Daimiel que los interminables partidos de la NBA fuesen un refugio de relax y diversión en la complicada vida del joven estudiante que busca su lugar en el mundo. Comentarista de culto, showman de personalidad propia, y buena gente, muy buena gente. No te conocí personalmente, pero eso es lo que transmitías: eras un buen tío. Después te llegó la fama, que seguramente no buscaste, y con ella las críticas y vilipendios. Había llegado algo de alegría y desenfado al serio mundo del fútbol. No te dabas cuenta, amigo Andrés, que el fútbol no se puede tomar a la ligera, que es el asunto más importante del mundo para millones de personas. Y claro, alguien como tú, jocoso y divertido, irritabas a aquellos que se muestran orgullosos de que 22 tíos en calzoncillos detrás de una pelota sean la cosa más importantes para la vida de tanta gente. ¿Cómo se puede decir que el fútbol es un entretenimiento? , exclaman enfurecidos. “Es mucho más, una pasión, una forma de vida, un modo de vivir”. Claro que así nos va en este mundo. Le quitaste drama al fútbol (bastante tiene ya la vida real, ¿verdad, amigo?) y no te lo perdonaron. Jejeje, perdona que me ría, pero la verdad es que según iba conociendo las personas que te odiaban, mejor me caías. Los del “amarrategui blues”, los del club de “Cicuta Mix”, ya me entiendes. Bueno, y después de todo nunca abandonaste lo tuyo, la canasta (aunque tú personalmente eras más futbolero, que lo sé): NBA, la consolidación del mito Jordan (Aerolíneas Jordan), el nacimiento de esa pedazo de selección de basket que por suerte tenemos, la última exhibición de Gasol (¡ET!) y sus chicos en Polonia, etc. Deporte con cuyas retransmisiones hiciste millones de admiradores. Bueno, en realidad, no creo que fuesen admiradores. Yo no lo era, perdóname. Entiéndelo, esas pajaritas... Están bien para que se las ponga un colega, pero no uno, claro. Admiración, no. Lo que sentíamos era simpatía, nos caías bien. Eras como el amiguete que sabes que no te falla, que por muy de bajón que estés, te tira p´arriba. Y poniendo motes, el más grande, claro. Más abajo hago una lista de los que más me gustaban. Tuviste la valentía de hacer tuyo ese Artículo 34 que le aplicabas a Shaquille O´Neal “Hago lo que quiero, cuando quiero, como quiero y como me da la gana”. Es ahora, cuando no estás, cuando ese sentimiento de cariño y cercanía se convierte en admiración. Porque con tu vida y trabajo has hecho algo muy grande, amigo: que parte de nuestra vida, la que pasamos escuchándote, haya sido maravillosa.
Esperad, esperad, que parece que escucho algo por allá arriba, en el cielo: “¡Wilma, ábreme la puerta!”. Que lo pases bien, colega, que seguro que los que estén a tu alrededor se lo pasarán mejor aún. ¡Brrrrrrrrrrrrr!¡Jugón!
Así era, así se le escuchaba, a este buen tío que se nos ha ido.
Ésta es, como he dicho, una lista de los motes de Montes que más me han gustado. Muchos son de jugadores ya retirados, por lo que entre paréntesis explico el porqué de llamarles así.
“Aerolíneas Jordan” (A este no le hace falta explicación, ¿verdad?)
“Mister Catering” Calderón (siempre dando de comer a sus compañeros a base de asistencias)
“El bailarín de Claqué del Cotton Club” Olajuwon (el mejor juego de pies que se ha visto dentro de una cancha de baloncesto)
“ET” Gasol (un extraterrestre nacido en Sant Boi)
“Ganarás el pan con el sudor de tu frente” Malik Rose (según Montes eso le decía su madre a este jugador cuando salía de su casa, hecho a base de trabajo, defensa y rebotes para su equipo)
Los “Gepetto Brothers” (aquellos que tiran fatal los tiros libres, presidente de honor: Shaquille O´Neal)
“Bip, bip, bip, la informática a su servicio” John Stockton (cómo ordenaba el juego en los míticos Jazz)
“Hoy te quiero más que ayer, pero menos que mañana” (es lo que se decían Stockton y Malone, la extraordinaria pareja de los UTAH Jazz)
“tiempo de Killer, tiempo de Miller” (Reggie Millar, siempre solucionando los partidos con sus triples sobre la bocina para sus Indiana Pacers)
“María Cristina me quiere gobernar” Glenn Rice (alero del cual se decía que su mujer lo tenía bien metido en cintura)
“Melodía de seducción” Latrell Sprewell (cómo se movía por la cancha, el tío)
“Míster Bonobús” Avery Jonson (su única misión en los Spurs era la de subir el balón y dárselo a uno de sus compañeros)
“Oh la la” Parker (el primer francés que triunfó en la NBA)
“¿Por qué eres tan bueno, McGrady?” ( Tracy McGrady, sin comentarios)
“Robin Hood” Nowitzky (también entraría en lo de “raza blanca, tirador”)
“Scooooootie” (el gran Pippen)
“Gladiator” Felipe Reyes (un “Carpanta” bajo los aros, con un hambre voraz de rebote)
“Multiusos” Garbajosa (pues eso)
Tim “Siglo XXI” Duncan (un jugador adelantado a su tiempo)
“Cruella Devil” Rodman, (qué malvado que era, el tío, y con qué modelitos se presentaba)
“Tiburón” Puyol (que viene, que viene)
“Humphrey Bogart” Xavi (la elegancia en el centro del campo)
“Estopa Mix” Ben Wallace (éste en realidad era el club de los jugadores que reparten cera dentro de la zona, como Wallace, o Mutombo)
“La intendencia, albañilería, fontanería, 24 horas a su servicio” Carlos Jiménez (en origen eran Harper y Harper asociados, por Ron Harper de los Lakers, pero se le pudo aplicar a Carlitos Jiménez cuando jugaba con la selección)
“Vicente” Vince Carter (está claro, ¿no?)
“El aplicado, el obediente” Eric Snow (un jugador que siempre hacía lo que le marcaba el entrenador, ni más ni menos; ya estaba Iverson para poner la fantasía… y la indisciplina)
“El aseado” Howard Eisley (un base sin peros, hacía lo que debía hacer con pulcritud)
“Wyatt Earp” Steve Kerr (“raza blanca, tirador”, con varios anillos de campeón)
“Chocolate Blanco” Williams (un base blanco que jugaba como un negro)
Vlado Divac “el Gasmann de la liga” (qué elegancia, el tío, como Vittorio Gassman)
Rasheed “etiqueta negra” Wallace (un lujo jugando al basket)
“El Clark Gable de la Gran Manzana” Pat Ewing (cómo vestía el tío, qué trajes, qué estilo)
“Hilo de seda” Houston (la suspensión más elegante que jamás ha existido)
“Lentejita Boykins” (1´65 medía el tío, y ahí estaba en la NBA)
“Muñequita linda” Dell Curry (un gran tirador)
“Memorias de África” Mutombo (por su origen africano, claro)
“El Otro” (Jermaine O´Neal, para diferenciarlo de Saquille)
“El Rascacielos más alto de la ciudad” Sabonis (imaginad por qué)
“El reflexivo” Derek Fisher (un jugador muy serio y concentrado, éste Laker)
“Sacarina” Dudley (era diabético)
“El señor de los anillos” (Horace Grant, campeón los Bulls de Jordan y los Lakers de Shaq y Kobe; después también fue aplicable a Robert Horry, con siete anillos de campeón con tres equipos: Rockets, Spurs y Lakers)
5 comentarios:
Aquí va otro homenaje a ese gran ¡JUGÓN! que fue Andrés Montes:
http://www.youtube.com/watch?v=adGX1o_yzG0&feature=player_embedded .
Porque..."la vida puede ser maravillosa".
Para alguien como yo, que ve retransmisiones deportivas más o menos obligada, he de reconocer que Montes no solo impedía que me durmiera sino que conseguía que me metiese en el partido, especialmente si era de baloncesto porque tenias que averiguar quien era “Mister Catering” o “a quien quería gobernar Cristina” además de reírte una barbaridad con muchísimas de sus expresiones, pero sobretodo siempre esperabas que explicase porque estaba tan convencido de que la vida podía ser maravillosa. Siempre lo guardaré en mi memoria.
Según cuenta quien lo conoció, sin duda estaba seguro, como dice Colorines, de que la vida podía ser maravillosa. Un auténtico "bon vivant" que sabía apreciar la buena música, un buen restaurante, un gran espectácyulo, etc. Su único problema, dicen, la salud, que tenía delicada desde hacía tiempo. Una vida curiosa, abandonado por su madre desde pequeño, viviendo con su padre, gallego, con un color de piel distinto a los de su alrededor y una estatura y complexión física que no era la esperada para alguien de su raza, claro. Incluso fue de los pocos que escuché públicamente reconocer que su miembro viril tampoco era gran cosa ("un berberechito", decía, y yo me descojonaba con su naturalidad). Pese a todo, se bebió la vida hasta el final. Hoy lunes iba a empezar a trabajr en Radio Marca recuperando su viejo programa "No sabes cuánto te quiero", y a colaborar en la tv en VEO7. De nuevo, nuestro recuerdo para un verdadero jugón. ¿Por qué los jugones siempre sonríen igual?
Mi señora cuenta que una vez su empresa contrató a Iturriaga y ella estuvo horas hablando con él. Entre los temas que trataron salió "el caso Montes". Era un hombre con muchas manías (o rarezas), yo comparto varias, nuestra afición por las pajaritas o por ejemplo que no tenía coche y siempre llamaba a la gente para que le acercase donde quería ir.
Una gran persona y un gran comentador deportivo tanto de NBA como de futbol...que descanse en paz...creo que recibio el mejor regalo de la seleccion española de baloncesto aber si la de futbol logra lo mismo este verano..
Publicar un comentario