martes, 14 de abril de 2009

Amos que... (II)

Vamos ahora con algunas curiosidades históricas más. No muchas, que alguna lectora se ha quejado de que en el anterior artículo ponía demasiadas, así que poquito a poco.

Dos ejemplos de muertes estúpidas en la Grecia clásica:

Esquilo, el dramaturgo griego, murió en el 456 a. C. La causa fue que a un águila que pasaba se le cayó la tortuga que llevaba entre sus garras y ésta le golpeó en la cabeza al pobre hombre. Se plantea que incluso, dado que las águilas suelen romper el caparazón de las tortugas que apresan golpeándolas contra peñascos o piedras, la sobredicha rapaz confundiese la prominente calva del dramaturgo con una roca. Pero la cosa no queda ahí. Como numerosos griegos, Esquilo visitó el oráculo para conocer su destino. Éste le predijo que moriría aplastado por una casa, y para evitar tan fatal destino se fue a vivir al campo. Pero ya véis, al final el oráculo siempre atinaba. ¡Es un pájaro!¡Es un avión!¡No, es una tortugaaaaaaaagh!

El estoicismo era una corriente filosófica que predicaba la ataraxia (control de las pasiones humanas) para llegar a la felicidad. Crísipo (281-207 a.C.)fue un destacado filósofo estoico, que tuvo una muerte muy poco estoica: se murió de un ataque de risa después de emborrachar con vino a su burro y ver cómo el pobre asno intentaba comerse un ficus. Estoico, sí, sí… un cabroncete es lo que era este Crísipo.

Las relaciones familiares siempre dan lugar a cosas realmente curiosas. Repasemos algunos casos.

Viendo cómo fue su reinado, podemos advertir claramente que Carlos IV (1748-1819) no era un hombre demasiado inteligente ( la cara de tonto que tenía en el fidedigno retrato que realizó Goya de toda su familia no deja lugar a la duda). Y es que el hombre desde muy joven apuntaba ya maneras. Siendo aún príncipe, le comentó a su padre Carlos III: "Somos afortunados los príncipes y los reyes, pues a diferencia de nuestros vasallos no estamos expuestos a la infidelidad de nuestras esposas, ya que éstas no podrían nunca encontrar a nadie superior a nosotros en quien fijarse". La respuesta del “Rey ilustrado” no dejó lugar a las dudas: “Qué tonto eres, hijo mío”.

Temístocles (525-460 a.C.), militar y política ateniense y gran vencedor de la batalla de Salamina frente a los persas, le comentó cierta vez a su hijo: "hijo, tú dominas el mundo”. El chaval, extrañado, le preguntó el porqué de tal afirmación, y su padre le contestó: “hijo, el mundo civilizado es Grecia, Atenas domina Grecia, yo domino Atenas, tu madre me domina a mí, y tú haces con tu madre lo que quieres porque eres su pequeño y sólo tiene ojos para ti; por tanto, tú dominas el mundo”. Como vemos, en las familias poco ha cambiado en 25 siglos. ¿Serán entonces las pizpiretas hijas de Obama las que decidan el futuro del mundo?

Ser profesor tiene sus riesgos, y más serlo de historia. Porque después viene la propia historia y te echa por tierra tus predicciones. Un profesor de su colegio le dijo al padre de Albert Einstein: “su hijo nunca hará nada de provecho”. En la escuela Skillington y Stoke, a la que asistía, calificaron a Isaac Newton de distraído y vago cuando tan sólo contaba 5 años. Emile Zola, el mejor representante de la corriente literaria naturalista, fue calificado de “nulo para la literatura” en su examen de Bachillerato en 1859. Como vemos, a veces uno falla con sus vaticinios y hace el ridículo, de ahí que a mí no se me ocurrirá decirle a ningún alumno que nunca pasará a la historia. Que nunca aprobará historia, puede, pero lo otro… Y es que a muchos les será más fácil pasar a la historia que aprobarla, tal y como están las cosas.

Para ejemplo de hombre hogareño, Immanuel Kant (1724-1804), el destacadísimo filósofo, que jamás se alejó más de 15 km. de su ciudad natal, Könisberg. Y es que hay tantos que viajan muchísimo, yendo de un lado para otro, pero sin enterarse de ná, como una maleta, que tampoco es que sea necesario. Con ver a los de alrededor a Kant le fue suficiente para interpretar la existencia humana. Si es lo que digo yo a los chavales, que se montan excursiones para irse a cientos de kilómetros a hacer lo mismo que hacen en su casa… beber y el que tiene suerte…

Y para terminar, algo sin comentarios: en Francia durante el siglo XIX se castigaba el intento de suicidio con la horca…

Por cierto, os recomiendo un blog que he descubierto por ahí y está bastante curioso y entretenido (aunque algunas opiniones del autor puedan herir sensibilidades), y donde aparecen también algunas muertes estúpidas de personajes históricos: http://socioapatia.wordpress.com/

5 comentarios:

Colorines dijo...

Efectivamente Esquilo murió aplastado por una casa pero con inquilino y todo.

Magisterhistorico dijo...

Que buen rato he pasado leyendo el anecdotario de sucesos históricos. De todas formas, estimado Wayne, esta sensacional sección ira a más. Para ello, te recuerdo tres anécdotas, que seguro que conoces: la de Enrique I de Castilla y su coronación a base de teja; el episodio de Fernando VII en en camino a Solan de Cabras; y por último, el caprichito de Abderraman III con el "martil" Pelayo. Te invito a que recojas el guante y las cuentes con tu gracia.

Miguelito 3º ESO dijo...

Maestro queremos que nos dé clase y que deje de escribir en su blog, que ya ni les da tiempo a sus seguidores a poner comentarios... ¿sería esto posible?

Wayne dijo...

Pero Miguelito, si hoy estoy de excursión, cómo quieres que te dé clase.

Anónimo dijo...

que tontá no ?