jueves, 7 de mayo de 2009

Luchar por la libertad es luchar por uno mismo.

El otro día en clase de historia salió a colación este poema de Martin Niemöller, falsamente atribuido a Bertolt Brecht. Yo lo conocía desde hace tiempo, pero gracias a la web de mi viejo amigo Manolo Palencia (a ver cuándo vuelves con otra), me enteré de quíén era su autor.

Niemöller fue un pastor protestante alemán que vivió en primera persona la histeria nazi. Al principio apoyó al NSDAP y su discurso antisemita y anticomunista. Sin embargo, cuando en 1933 se impuso sobre las iglesias protestantes el llamado “párrafo ario” por el cual se excluiría de las iglesias a todo creyente con antepasados judíos, reaccionó contra el nazismo.

Fundó la iglesia confesante, de credo luterano, junto a Dietrich Bonhoeffer, activista anti-nazi ejecutado por su supuesta participación en el intento de asesinato de Hitler conocido como “Operación Valkiria”. Por su oposición al control del Estado sobre las iglesias, fue condenado a siete años de cárcel. Una vez fuera, y ya en la fase más dura de la represión nacionalsocialista, fue apresado de nuevo por la Gestapo y recluido en el campo de concentración de Sachsenhausen y trasladado posteriormente a Dachau, donde permaneció hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Posteriormente se convirtió en un gran defensor del movimiento pacifista, llegando a presidir el Consejo Mundial de Iglesias y desempeñando un importante papel en la crítica internacional a la intervención norteamericana en Vietnam. A pesar de todo ello, es este poema lo que le ha hecho un hueco en la historia. Bien es cierto que hay una gran polémica sobre el texto original, pues circulan multitud de variantes. Lo único que dejó dicho Niemoller es que no se trataba de un poema tal cual, sino parte de un sermón de Semana Santa titulado ¿Qué hubiera dicho Jesucristo?.

Os transcribo la versión más extendida de este precioso y acertado texto, de moraleja clara y que bien podríamos aplicarnos casi a diario. Sirva de homenaje a aquellos que a pesar de las dificultades y arriesgando su vida, luchan por la libertad (pienso ahora mismo en todos los políticos no nacionalistas del País Vasco, que a pesar de las amenazas y el peligro que corren se niegan a tomar la salida fácil y continúan viviendo en su tierra como vascos y españoles que son).

Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata,

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,

Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío,

Cuando vinieron a buscarme a mí,
ya no quedaba nadie que pudiera protestar.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

muxas gracias x acerme ver lo invisible

Gafapasta power dijo...

Gracias increiblebleble, yo era de los que citaba a Bertolt Brecht relacionado con este texto. Ahora podré ser un pedante de mierda y corregir a los que vayan de listillos y gritar a "no es de Brecht, es de Niemöller". ¡Gracias!

Anónimo dijo...

Gracias por citarme.
Tengo muchas ideas para mi nueva web. Lo que me falta es algo de tiempo. Ya te informaré cuando vuelva a colgarla.
Ciao.

Manuel.

Magister Historico dijo...

Quizás si este poema lo pusieramos en las aulas de clase y lo tuvieramos presente en nuestro dia a dia. Quizás podriamos fundar un mundo mejor de hombres libres.
Un saludo, amigo