Ni dotación material de los centros, ni falta de profesorado, ni errónea formación docente, ni leches. Que se dejen de milongas, que los problemas de la eduación en España no están en las aulas, sino fuera. Esto es algo que cualquiera con dos dedos de frente y ojos en la cara puede ver en la calle y a diario. También en tv, pues los jóvenes se limitan a imitar lo que ven, y lo que se muestra en la caja tonta, que más que tonta es maleducada (y maleducante), es a los tipos más zafios y groseros que se puede encontrar. Sin embargo, siempre se va un paso más allá.
Ayer, en el informativo de Cuatro se fijaron en algo que es habitual en los campos de fútbol (y de cualquier deporte) y que muestra dos cosas: la violencia y agresividad de la que hacen gala nuestros jóvenes (incluyendo a los que parecen "buenos chicos", es decir, no llevan atuendos intimidantes ni estrfalarios), y la incapacidad de sus padres para enseñarles educación y respeto.
Vean este vídeo (que no es sino un pequeño ejemplo, incluso nimio... ¿o será que estamos tan acostumbrados a esto que ya no nos sorprende? ¿no será esa falta de asombro e indignación ante esta actitud un síntoma más de que el problema está tomando unas dimensiones ya muy considerables?), señores encargados de la educación en España, y si quieren (que no quieren) arreglar la educación en nuestro país, que empiecen fomentando la decencia, el respeto a los padres, profesores e instituciones varias, y evitando la proliferación de malas formas y actitudes violentas. Reclamando buena educación, vamos, aunque eso ya no esté de "moda" y sea de "reaccionarios fascistas". Pero claro, primero tendrían que reconocer el problema, que sería como aceptar que son y han sido unos inútiles y por ello más que parte de la solución son parte del problema. Después viene el presidente y nos dice que tenemos la mejor y más preparada juventud de la historia. Ja. (Y, como siempre, para los que no se quieren enterar, aclarar que por supuesto hay excepciones, que la mayoría no son así, y blablabla). Así nos va. A ellos bien, claro; cuando todo esto estalle estarán cobrando una ingente jubilación o viviendo de las rentas. Es lo que pasa cuando tenemos gobernantes con orejeras, como los burros (que igual es lo adecuado para ellos, fíjate tú, pero las consecuencias las pagamos los demás). Pues nada, aquí tenemos un retrato de esta España tan moderna, solidaria, progresista, y demás adjetivos estúpidos y vacuos con los que se solazan los políticos.
lunes, 14 de diciembre de 2009
La mala educación... y todo lo demás
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3 comentarios:
Aprovecho el artículo fútbol-mala educación para dejar claro un hecho ¡ESCUPIR ES DE GUARROS Y DA ASCO!, perdón por los gritos pero no lo puedo decir de otra manera.
Antes, por la calle, solo escupían los viejos (no todos) y la gente “fea”, en todos los pueblos hay gente “fea” (tampoco es obligatorio que escupiesen todos) y el resto de mortales que se encontrase con un pollo o gargajo en la garganta o un exceso de mucosidad nasal echaba mano del pañuelito y ahí lo depositaba procurando cierta discreción. Ahora no, ¡ahora no!, señores míos. Ahora vas por la calle pendiente de tus pensamientos, de la conversación con el acompañante, de los escaparates… y de ¡no pisar lo que alguien ha soltado por su hocico! No sin antes rebuscarlo en sus entrañas y prepararlo bien y expelerlo con un sonido que por si solo ya te levanta el estómago. Luego, buscas con la mirada de donde viene ese ruido y es cuando la desesperanza te invade porque no es un viejo que haya perdido la vergüenza sino un joven que jamás la ha tenido y al paso que vamos no la va a conocer ni en la tele, que es donde ven las cosas.
Aquí es donde entra el fútbol, deporte del que no soy especialmente fan pero al que le reconozco que como espectáculo y entretenimiento no tiene igual y cuya práctica fomenta la estrategia, habilidad y capacidad física, compañerismo… pero…¿porqué cada vez y repito cada vez que una cámara de televisión enfoca a un jugador, cualquier jugador, éste tiene que escupir? ¿Es que le dan el aviso? –Villa, prepara el gapo que te enchufo- ¿no se dan cuenta que después se rebozan en él?
No he hecho un estudio exhaustivo pero creo que no ocurre en ningún otro deporte, desde luego no en un pabellón o pista de atletismo, se juegan romperse la crisma, pero tampoco lo he visto en el rugby ni en el fútbol americano que no son precisamente de niñitas, así que, ¿Por qué no se lo hacen mirar? Tal vez el fertilizante de los campos de fútbol produzca cierta irritación digestivo-nasal y estemos ante un caso de intoxicación colectiva de consecuencias futuras no calculadas aún ¡NOOOOO! ¡SALVEMOS A LOS FUTBOLISTAS!
Parece que no sólo soy yo el que utiliza el blog para quedarse tranquilo...
Y por supusto tienes toda la razón, Colorines. Ya sabes que soy de la opinión de que tanto presupesto en tonterias debería dedicarse a cosas útiles, como por ejemplo un material con el que recubrir las aceras que según suelta el lapo el guarro de turno, éste le rebota en la cara, justo entre los ojos. Verás como se lo pensarían.
Otra cosa que me hace gracia en este caso es cómo los más guarros escupidores, más tontos que las llamas que al menos lo hacen pa defenderse, hacen gala de su ordinariez acompañados de bellas, jóvenes y muy arregladas señoritas a las que parece que tal exhibición de zafiedad deleita... vamos, como si al "empantanar" el suelo se les humedeciese de igual forma la entrepierna pensando en lo que podría hacerles ese animal, que si es así de guarro en la calle, cómo no será entre cuatro paredes... el problema es que después vivirá con alguno de éstos y ya no lo pondrá tanto que escupa... porque tendrá que limpiar la mierda que pone en casa; porque guarro una vez, guarro sempre, y más si se lo celebras. Pero claro, yo es que siempre he creido que era más atractiva la buena educación, el "gentleman", por encima del porquero... claro que así me fue en mi juventud en cuestión de faldas (aunque al final he atinao muy bien, ¿eh?)
Antes no se estilaba tanto escupir por lo que si lo hubieses hecho creo que ahora tu situación sería más que lamentable, sin embargo al haber seguido cultivando tu sex-appeal y donaire has llegado a donde estás, mejor imposible (o casi).
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