viernes, 13 de febrero de 2009

Cerca de las Estrellas: Charles Barkley

Pues sí, efectivamente, era la sintonía del programa “Cerca de las Estrellas”, donde se ofrecían por primera vez en España partidos de la NBA. No eran en directo, además eran editados para que no durasen tanto, pero para nosotros era algo extraordinario conocer aquel baloncesto, que en ese momento creo que vivió los mejores años de su historia. Jamás el baloncesto norteamericano ha tenido más y mejores estrellas: Jordan, Magic, Larry Bird, Kareem, Kar Malone, Joe Stockton, Dominique, Isiah, Barkley, Hakeem, Worthy, Clyde Drexler… y podría seguir, y seguir, y seguir… El programa estaba dirigido y presentado por el magnífico Ramón Trecet, periodista deportivo y musical, que primero me cautivó con el basket (“ding-dong”) y años más tarde con la música (su programa Diálogos Tres se emitió durante 22 años en Radio3, hasta este año en que los "jóvenes alternativos" que se encargaron de la dirección de la cadena decidieron acabar con un programa bastante más alternativo de lo que sus obtusas mentes jamás podrán imaginar). Los viernes por la noche (bastante tarde) eran todo un acontecimiento. Vivíamos impacientes por ver el partido que nos ponían, además de las secciones de las mejores jugadas o la jugada tonta de la semana (¡ésta me encantaba!). El viernes por la noche, que ya de por sí era uno de los mejores momentos de la semana, con esto se convertía en insuperable. Y, por supuesto, cuando el sábado por la mañana íbamos a echar nuestros partidillos al cole (¡cómo se ponía aquello! ¡qué ambientazo!; me temo que por desgracia el deporte colegial ya no es igual) era la hora de comentar el partido del día anterior e intentar emular a nuestros héroes. Después llegó el plus y se nos torció todo a los que no teníamos la posibilidad de acceder a la tv de pago. Tardaría bastantes años en poder ver otra vez partidos de la NBA, en este caso ya con Montes y Daimiel comentándolos. Ahora que puedo ver todos los días un partido, se encargan de narrarlos y comentarlos, por desgracia, unos personajes impresentables y funestos salvo contadas excepciones. Qué malos son, y más todavía en comparación con esos innovadores de la narración deportiva que les antecedieron: Trecet y Montes.

¿Y con quién empezar a repasar la historia de la NBA de la segunda mitad de los ochenta y primeros noventa? “Jordan, seguro”, pensaréis algunos; “Magic, por supuesto”, diréis otros; “Larry Bird, quizá”, aventuraréis alguno más. Pues no, ninguno de los tres. Empezaré por mi ídolo de aquella época, uno de los mejores jugadores de la historia, y para mí el mejor power-forward que ha existido jamás con permiso de Tim Duncan: Charles “el gordo” Barkley.

Nacido en Leeds, Alabama, en 1964, comenzó a jugar al baloncesto en el instituto. Cuando tenía 16 años medía 1´78 y pesaba 102 kilos. Su limitada estatura le impidió incluso formar parte del equipo de baloncesto en sus primeros años de High School. Sin embargo, en un verano creció veinte centímetros y se convirtió en la estrella del equipo, llevándolo hasta las semifinales estatales. No había llamado la atención de ninguna universidad hasta que en esas semifinales, un ojeador de la Universidad de Auburn dijo haber visto: “un tipo gordo… que juega como el viento”. Finalmente, consiguió una beca para jugar con los Tigers de Auburn. Jugó allí durante tres años, en los que, a pesar de tener problemas de peso (llegó a los 136 kilos) lideró la NCAA en rebotes. A pesar de jugar contra pívots mucho más altos que él (1´98 es muy poco para jugar en la pintura) pronto se hizo popular por su facilidad para el rebote y los espectaculares tapones y mates que hacía. Ver a ese tipo “entrado en carnes” dominando la zona de esa manera, le valió el apodo de “The Round Mound of Rebound” (algo así como “la masa redonda del rebote”). En su etapa universitaria promedió 14´8 puntos, 9´6 rebotes y 1´7 tapones por partido.

En 1984 fue elegido en el número 5 por los Philadelphia Seventy-Sixers. Allí coincidió con jugadores legendarios pero ya un poco mayores, como Julius Erving (el "Dr. J"), Moses Malone o Maurice Cheeks, que habían conseguido el anillo en la 82-83. En su temporada rookie alcanzó las finales de conferencia, que perdieron frente a los Celtics, y logró 14´9 puntos y 11´1 rebotes por partido, siendo elegido en el mejor quinteto de jugadores de primer año. Poco a poco las estrellas de los Sixers se fueron retirando, y él se quedó como máxima figura y referencia del equipo. Sin embargo, en las siguientes siete temporadas no logró pasar de las semifinales de conferencia. En sus años en Philadelphia, con su 1´98 y sus 118 kilos, promedió 23´3 puntos, 11´6 rebotes y 1 tapón por partido.

En 1992 Barkley, apodado también “sir Charles”, comprendió que en Philadelphia no podía aspirar al anillo, puesto que los directivos no parecían interesados en rodearle de un equipo con el que poder conquistar el campeonato. Pidió su traspaso y ese verano llegó a los Phoenix Suns, después de formar parte del Dream Team que ganó la medalla de oro en Barcelona 92. En su primera temporada en el equipo tejano consiguió el MVP y llegó a la final de la NBA, donde los Bulls de Michael Jordan les derrotaron en seis partidos. Las siguientes campañas estuvieron plagadas de lesiones para Sir Charles, lo que limitó su juego y las aspiraciones del equipo, que cayó dos años seguidos frente a Houston en semifinales de Conferencia y un tercero en primera ronda frente a los Spurs. Las medias de temporada siguieron siendo muy buenas, por encima siempre de los 20 puntos y los 10 rebotes.

Finalmente, Barkley recaló en los Rockets, que venían de ganar dos anillos seguidos. Allí se reunieron tres jugadores elegidos en 1996 entre los mejores cincuenta de la historia: Hakeem Olajuwon, Clyde Drexler y el propio Sir Charles. También es cierto que los tres estaban ya mayores, lo que unido a la vuelta de Jordan de su primer retiro y al cénit de juego de los Jazz y de la pareja Stockton-Malone, les impidió luchar por el campeonato. Por primera vez desde su año rookie bajó de los 20 puntos por partido, y se perdió 21 partidos de temporada regular. Las dos siguientes temporadas fueron un rosario de lesiones que le impidieron mantener sus medias y aportar al equipo lo necesario para llegar más allá de la primera ronda de play-off. Su último partido lo jugó el 19 de abril del 2000 ante Vancouver Grizzlies.

Una vez retirado, Barkley se ha dedicado al show-bussiness, apareciendo como comentarista deportivo en la TNT y protagonizando divertidas anécdotas y grandes polémicas, lo que le ha otorgado fama de “bocazas”, y le ha convertido en una estrella de la tv norteamericana. Sin embargo, parece que está pasando una mala racha, pues la TNT ha decidido prescindir de sus servicios tras su último “altercado” con la policía. Esta navidad fue detenido por una patrulla por exceso de velocidad y, tras dar positivo en el control de alcoholemia, intentó convencer a los agentes para que le dejasen marchar porque tenía una urgencia: había quedado con la chica que mejor sexo oral le había hecho jamás y estaba impaciente por llegar a la cita. Por supuesto, terminó en el calabozo.

Resumiendo, Barkley ha promediado 22´1 puntos y 11´7 rebotes por partido en su carrera en la NBA. Ha sido una vez MVP de la temporada, 11 veces All-Star, y ha disputado una final. Tiene dos medallas de oro olímpicas (1992 y 1996), fue elegido como uno de los 50 mejores jugadores de la historia, y es miembro del Hall of Fame desde 2006.

Aquí os presento algunos vídeos de Sir Charles machacando aros, humillando contrarios con sus tapones y demostrando que si no es porque se cruzó en su camino el mejor jugador de la historia, no es que hubiera ganado un anillo, sino varios. Por cierto, fijaos en su forma de machacar: lo de los concursos de mates es para mariquitas, ¡machacar es machacar, no ballet!

Qué tiempos… Con ustedes… ¡El gordo Barkley!




4 comentarios:

Anónimo dijo...

El otro día mis alumnos estuvieron contándome cosas de los concursos de mates que hacen ahora en la NBA y no me quedó más remedio que ponerles los míticos duelos entre Jordan y Wilkins.

Anónimo dijo...

¿Cómo que gordo? El chico está fuerte, lo que se dice bien alimentado.

eusebio dijo...

Stockton y Malone eran mejores, :-)

qué pasa chiquete!!!

Wayne dijo...

Bienvenido, Eusebio (¡ese Gusi!, perdón, ¡Guson!), es un honor tener por aquí a todo un profesional de la red. Como diría la Mazagatos, te sigo desde hace tiempo, aunque yo sí que te leo, claro.
Ya llegará la hora de "Stockton to Malone", ya. Aunque Barkley empata con ellos a finales, Barkley una y ellos dos (entre dos igual a una cada uno, jeje). Bueno, el mamoncete de Malone también jugó una con los Lakers siendo ya un abuelete, pero esa no me vale y ya está.