De nuevo con ustedes la sección más esperada, más demandada, más aplaudida del blog increiblebleble… las respuestas increibleblebles. Hoy, monográfico de Historia Universal de 1º de Bachillerato.
El tema con el que empezaremos serán con la Primera Guerra Mundial y su epílogo y fin, el Tratado de Versalles. Veamos cómo explicaba un alumno las desavenencias entre los propios aliados en la contienda:
“En la Primera Guerra Mundial los aliados no llegaban a un acuerdo sobre los estrechos otomanos porque Bélgica se los quería quedar para tener una salida al mar”
Bueno, los belgas se querrían quedar con los estrechos otomanos… y con el 80% de Europa si querían obtener una salida al mar por Estambul, claro. ¿No sería Rusia?
Centrémonos ahora en el draconiano Tratado de Versalles. Si la Paz de París ya fue un “diktat” riguroso en demasía con los vencidos, a los estudiantes de historia parece que les pareció poco. Aunque el Tratado de Paz impuesto a los turcos no fue el de Versalles, sino el de Sèvres, tampoco es un fallo demasiado considerable (identifica Paz de París con el Tratado de Versalles, lo cual suele ser habitual). Más extrañas resultan las condiciones que a su parecer se les impuso a los otomanos:
“La segunda condición del Tratado de Versalles es que el Imperio Otomano vuelve a manos de Dinamarca”
Pero bueno, el Imperio Otomano era una filfa; que si belgas, que si daneses… Vamos, como si lo tuviesen a mano: “pásate por el Imperio Otomano al venir del trabajo, cariño, y me compras una alfombra persa, que ahora están tiradas de precio”.
Ya centrados en el Tratado de Versalles tal cual, el impuesto a Alemania, sabíamos de sus excesivamente duras condiciones económicas, pero no que habían llegado a tanto:
“Según el Tratado de Versalles (…) Alemania tuvo que ceder su mercancía flotante”
Mercancía flotante, mercancía flotante… ¿no sería su flota mercante? ¿O efectivamente tuvo que entregar toda su producción de, por ejemplo, patitos de goma?
Pero hay cosas peores. En esos años existía la figura de “nación más favorecida” en tarifas aduaneras, que Alemania tuvo que aplicar a los países vencedores sin reciprocidad. Sin embargo, esta cláusula del tratado no siempre ha sido entendida en términos puramente económicos:
“Alemania se vio obligada a identificar a los países ganadores como países afortunados”
Y es que me los estoy imaginando: la delegación alemana, con esos militares con sus cascos prusianos y sus enormes mostachos, diciéndoles a los ingleses y franceses: “Mía que habéis tenío suerte, jodíos”.
La Primera Guerra Mundial fue pionera en sistemas y tácticas de guerra, como la guerra aérea, la química, o el propio sistema de trincheras, que da lugar a la llamada guerra de posiciones, es decir, los contendientes mantienen la línea de batalla sin avanzar ni perder terreno. Pero alguno no parece haberlo entendido bien:
“Aparecen nuevos mecanismos bélicos como la guerra de trincheras (guerra de desecho)”
Esto… ¿Se tiraban la basura unos a otros? “Sargento, mande estos proyectiles de envases y plásticos a la trinchera azul, que se van a enterar esos sucios bastardos”.A ver si quería decir guerra de desgaste… pero de desgaste de los ejércitos, no de tirar lo que se había gastado.
Por cierto, este mismo alumno/a citaba otro avance bélico: la metralladora.
Para terminar, una de esas sentencias que te deja sin palabras y meditando sobre su significado profundo:
“La Primera Guerra Mundial fue una guerra imperialista ya que toda guerra se produce por algo”
Ahí es nada.
viernes, 15 de enero de 2010
Respuestas increibleblebles (VII)
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2 comentarios:
Tu dirás lo que quieras pero yo le auguro un futuro prometedor en política al/la joven de “la sentencia”, más de uno lo querría para escribir sus discursos y arengas ¿Qué no?
En nombre de los fans de esta sección, te doy las gracias por algo.
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