jueves, 24 de junio de 2010

Furbol es furbol (II)

Continuamos con las anécdotas relacionadas con el fútbol como complemento del Campeonato del mundo de vuvuzelas que se está celebrando en Sudáfrica. Hoy nos vamos a centrar en una de las facetas en las que más destacan los jugadores de balompié: la oratoria. Debido a su relevancia social, a menudo se les obliga a expresarse en público, dando lugar, entre ellos y los agudos reporteros que los entrevistan, a diálogos de una enorme profundidad que rivalizan con los diálogos para besugos que hace algunas fechas recordaba aquí.

Uno de los momentos cumbre de los Mundiales fue el segundo gol de Maradona a Alemania en los cuartos de final de México 86. Todos recordamos el gol del “barrilete cósmico”, superando ingleses uno tras otro hasta driblar al portero y depositar el esférico en las redes, narrado con profunda emoción y pasión por Víctor Hugo Morales. Tras el partido, en un inmenso ejercicio de ironía y sentido del humor, el compañero de Maradona “el negro” Enrique, que le había dado un pase corto en el centro del campo al Pelusa a 53 metros de la portería, declaró: “Con el pase que le dí, si no hacía gol era para matarlo”.

Esta declaración me recuerda a aquella de Brian Cook, ex -jugador de los Lakers, tras el partido contra los Raptors en el que Kobe anotó 81 puntos: “Siempre recordaré la noche en que entre Kobe y yo anotamos 84 puntos para ganar a Toronto”.

Ahora algunas citas que demuestran que la habilidad con los pies no supone igual pericia a la hora de hablar. Por ejemplo, el jugador internacional por Irlanda del Norte Steve Lomas, que antes de un partido contra Alemania, explicó que "Alemania es un equipo muy difícil. Juegan con 11 internacionales a la vez.

No salimos del Reino Unido y nos encontramos con el ex-jugador del Liverpool Ian Rush, que intentaba justificar así el fracaso de su paso por la Juventus de Turin: No pude acostumbrarme a vivir en Italia. Era como vivir en un país extranjero”.

En las islas parece que se lían un poco a la hora de exponer sus ideas. David Beckham cuando aún era jugador del United: “Alex Ferguson es el mejor técnico que he tenido a este nivel. Bueno, realmente es el único entrenador que he tenido a este nivel”.

Más. Bobbi Robson, seleccionador de Inglaterra en 1990, tras ganar agónicamente el cruce con Camerún: No los subestimamos. Simplemente eran mucho mejores de lo que pensábamos.

Mark Draper fue un mediocampista con mucha proyección en su juventud, aunque su mayor logro fue su paso por el Aston Villa en la Premier. Cuando aún era una promesa expresó su más íntimo deseo: "Me gustaría jugar en algún equipo italiano. Como el Barcelona".

Paul Gascoigne unía a su natural ingenio su familiaridad con las bebidas espirituosas. El resultado del tal maridaje, éste: "me mostraron 14 tarjetas esta temporada; 8 de ellas me las merecí, pero las otras 7 son discutibles".

Aunque es australiano, Mark Viduka desarrolló la mayoría de su carrera futbolística en la liga inglesa, y sus declaraciones durante su paso por el Middlesbrough lo confirman: “No me importaría perder todos los partidos, siempre y cuando ganemos la liga”.

También en España tenemos casos de esta lucidez oratoria. Albelda, tras perder un partido: "Estoy muy jodido. Yo es que el fútbol me lo tomo como si fuera mi trabajo".

No obstante, también hay ejemplos de ocurrencias más agudas y sutiles. Primero nos vamos a Escocia. A John Lambie, entrenador del Patrick Thistle, el masajista le comunicó que uno de sus jugadores había chocado con un rival y por el golpe había perdido la memoria y no recordaba quién era en ese momento. Lambie le respondió: “Perfecto, dile que es Pelé y que vuelva al campo de inmediato.

Un mito del Liverpool, el entrenador Bill Shankly, fue un gran ejemplo de verborrea ingeniosa. Durante su exitosa etapa en el club inglés, gustaba de lanzar dardos envenenados a su gran rival, el Everton: “Cuando no tengo nada que hacer miro debajo de la clasificación para ver como va el Everton o “Esta ciudad tiene dos grandes equipos: el Liverpool y los suplentes del Liverpool. Igualmente, destilaba una sinceridad asombrosa, como cuando antes de un partido de Copa de Europa ante el Milan manifestó: “¿Qué alineación voy a sacar? No voy a revelar un secreto como ése al Milan. Si por mí fuera, procuraría que no se enterase ni de la hora del partido”.

Dejamos para el final al entrenador argentino Jorge D´Alessandro y su famosa sentencia durante una retransmisión televisiva en la que ejercía de comentarista: “tiró el penalti al palo corto.

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