El sabio no es el que más respuestas conoce, sino el que más preguntas se hace. La historia del conocimiento humano es la historia de cómo los hombres y mujeres se han planteado cuestiones sobre el universo que le rodea y sobre sí mismos, y sólo la reformulación de las preguntas y el cuestionamiento de supuestas verdades inmutables han permitido el progreso de la ciencia. Una de las críticas que se hacen desde el ámbito científico a la religión es que trabaja con dogmas, a los que si bien desde Santo Tomás de Aquino se les intenta conciliar, en la medida de lo posible, con la razón, no se plantea como un fundamento religioso el poner en constante prueba las propias certidumbres. El desarrollo del conocimiento científico no sólo significó un avance para la propia ciencia, sino también para la religión, al volverla más humana, más sincera y menos supersticiosa, y sobre todo al obligarla a diferenciar claramente cuál es su campo de acción, renunciando a sustituir a la ciencia en aquellos terrenos en los que ésta se presenta más válida a la hora de dar respuesta a lo ignoto. Empero, con el tiempo y el avance del progreso científico, muchos han optado por limitarse a sustituir la una por la otra, eliminando la posibilidad siquiera del hecho religioso al identificarlo con superstición, y pretendiendo considerar , en un osado y pretencioso ejercicio de estupidez, que la ciencia es capaz de resolver cualquier duda y desvelar cualquier misterio de la existencia. Han decidido, en realidad, tomar la ciencia y convertirla en una nueva religión, pervirtiendo sus más profundos principios (la duda metódica y la búsqueda de nuevas preguntas detrás de cada respuesta), y cayendo en la más significativa crítica que ellos mismos esgrimen hacia la religión: el dogma. Así, nos encontramos con una sociedad actual dominada por la incredulidad y el desapego al misterio, presuntuosa y jactanciosa en su propia ignorancia y debilidad, como la actual crisis económica y la secular deriva ética y moral nos demuestra, en la que los sumos sacerdotes de la nueva verdad científica han creado un nuevo Tribunal de la Inquisición destinado a perseguir y destruir el pensamientos religioso, pero que, como la Inquisición católica, en su ejercicio de eliminación de la disidencia acaba igualmente con la propia razón de ser de lo que pretende defender traicionando sus más básicos principios. Presentar la ciencia como una suministradora de verdades absolutas e inmutables es traicionar su más hondo sentido y naturaleza, para convertirla en realidad en la peor versión de la religión, la que no ve más allá de sus propios engaños y paraliza el desarrollo de las sociedades humanas. Fundamentalismo religioso y fundamentalismo científico tienen en común, primero, que ambos conceptos constituyen un oxímoron por sí solos, y segundo, que los que les define, les iguala y les hace perniciosos es el sustantivo y no el adjetivo. Si la libertad del ser humano es el bien más preciado y el único camino para alcanzar la felicidad, no hay nada más opresivo que la verdad absoluta, sea ésta religiosa o científica. Si la religión ha tenido y tiene que aprender que no puede ocupar el espacio de la ciencia, ésta debe considerar que tiene también sus limitaciones, y, aunque no debe renunciar a superarlas, no puede negarlas, pues con esta negativa estará impidiendo su propio avance como instrumento para la expansión del conocimiento humano.
¿A qué bien todo esto? En este blog he abordado a lo largo de estos algo más de tres años algunos misterios y enigmas relacionados con la figura histórica de Jesucristo, especialmente en fechas señaladas como la Semana Santa que por esta época estamos viviendo. Uno de los principales y más controvertidos temas relacionados con la pasión, muerte y resurrección de Jesús es el que atañe a una de las reliquias más famosas de la cristiandad: la conocida como Sábana Santa de Turín. Precisamente por lo complejo, discutido y acalorado del tema he ido dejándolo hasta que tuviese ganas y tiempo, pues son muchos los estudios y las opiniones que apuestan por la veracidad o no de la famosa Síndone de Turín.
Aunque nunca he acabado de decidirme a iniciar una entrada sobre el asunto, sí que he ido con el tiempo leyendo y viendo distintos textos y documentales que versan sobre la cuestión, y más especialmente cuando llegaba la conmemoración anual de la Pasión de Cristo. Y hete aquí que tras incluso ampliar mi objeto de estudio al Santo Sudario de Oviedo, reliquia si bien menos conocida igualmente interesante, me encuentro con una página web que intenta resumir, desde su particular punto de vista, claro, a qué principales conclusiones se puede llegar tras décadas de estudios, análisis e informes contrapuestos. La última conclusión que esgrime el autor, Luis Alfonso Gámez, periodista vasco que trabaja en el diario El Correo y en ETB dedicado a asuntos relacionados con la ciencia y que se autodenomina “escéptico” en general, es la que me ha animado a abordar por fin el tema. La transcribo: “Los creyentes en la sábana santa esgrimen desde hace años que nadie ha conseguido replicarla al 100%. Es una manera como otra cualquiera de desviar la atención de los resultados del análisis del carbono 14. Ignorar cómo hicieron algo nuestros antepasados no es una carta blanca para atribuirlo a extraterrestres o milagros. En este caso, no saber cómo se hizo la sábana santa no cambia el hecho de que el lino con el que está tejida data de la Edad Media y, por tanto, no pudo estar en un sepulcro hace 2.000 años “. Y se queda tan a gusto. Lo escrito por este señor, del que no tengo el gusto, escéptico de pro, tomado como referencia y ejemplo de todos aquellos que agitan las pruebas del C14 realizadas a pequeñas partes de la síndone hace más de 20 años como la demostración palmaria y absoluta de su falsedad, me permite a mí concluir, por otra parte, que su aseveración es profundamente anticientífica y que, si todos pensaran como él/ellos, el conocimiento no habría evolucionado lo más mínimo desde el paleolítico. Yo les llamaría más que escépticos “esclerocépticos”, pues con su forma de ver la realidad, la humanidad estaría esclerotizada, anquilosada, atrofiada. Formaría así parte de una nueva “fe en la ciencia”, secundada por muchos más escépticos (esclerocépticos), que es más impostura irracional que creencia en sí, siendo uno de sus dogmas, para el caso que nos atañe, la seguridad en la infalibilidad de la datación por Radiocarbono. Y no sólo en la infalibilidad de este método de datación, sino que también es/son creyente/s, por ende, en los únicos estudios que se hicieron de unos pequeños trozos que se cortaron de ella en 1988, llevados a cabo por tres laboratorios “independientes” del Reino Unido, Estados Unidos y Suiza, que curiosamente publicaron al unísono sus conclusiones en la revista “Nature”, y que, al contrario de lo que asegura, sí han sido refutados en múltiples publicaciones científicas, a no ser que consideremos científicas únicamente a las que sirven a nuestros intereses. Porque lo cierto es que sí, el famoso estudio dató esas pequeñas partes del sudario entre los años 1260 y 1390, y sí, a partir de ahí los escépticos (esclerocépticos) aseguraron que esto demostraba con una certeza absoluta que era falsa. Fin de la historia. Lo dice el radiocarbono y punto. Muchos de ellos presentan sus conclusiones con locuciones como “todo el mundo sabe…”, “está más que demostrado…”, “no cabe la menor duda…”, lo que suele denotar una intransigencia y obstinación poco saludable.
Por suerte hay gente que no se conforma. Que mira más allá. Que se adentra sin miedo en el misterio. Y empezaron a surgir las dudas, que los apóstoles del cientificismo y el escepticismo (que en cambio, qué curioso, no se muestran escépticos con el estudio mentado) niegan, pero que son múltiples y desde distintos ámbitos. Unas señalan la falta de fiabilidad del propio método de datación, que se ha mostrado equívoco en otras ocasiones, cuando piezas de las que sí se conocía su datación por análisis arqueológicos, paleográficos, históricos o zoológicos demostraban que las fechas datadas con radiocarbono no se correspondían con la realidad. Otras ponen en duda la muestra tomada, que señalan pudiera ser un remiendo medieval, la existencia de los cuales está registrada documentalmente. Una muestra, además, que ha pasado por siglos de manipulación al no estar oculta y por tanto es fácil y entendible que esté contaminada, cosa que no ocurre cuando encontramos algo en una excavación arqueológica en los niveles que corresponden a su época de uso, caso en que el radiocarbono sí es mucho más fiable. Incluso se cuestiona el propio estudio, que tergiversa la solidez del método y del propio análisis realizado, magnificando las cifras de fiabilidad de los análisis llevados a cabo, mostrando por tanto una falta de objetividad inquietante. Pero además surgen más cuestiones que hacen que el asunto esté de todo menos cerrado. Los numerosos estudios llevados a cabo antes y después del referido, en cambio, aportan datos sobre su veracidad. Los análisis paleozoológicos aseguran que se trata de una pieza que ha estado en contacto con flora y fauna de la zona Palestina. Los estudios histórico-antropológicos, que se corresponde a una forma de enterrar a los muertos propia del siglo I de nuestra era dentro de la cultura judía. Los informes forenses, que se trata de un individuo que, por las muestras de sangre que se pueden advertir, y por la forma en que están repartidas por el lienzo ha sufrido un castigo muy similar al que relatan los evangelios, incluidos flagelación y crucifixión. Y después están los problemas que se plantean si aceptamos la datación del C14 llevada a cabo por los laboratorios susodichos. ¿Cómo es posible que en plena Edad Media se llevara a cabo una falsificación que, incluso con los medios científicos y tecnológicos actuales, sería casi imposible hacer? ¿Cómo estos “falsificadores” reprodujeron la anatomía y el funcionamiento interno de un ser humano tan perfectamente cuando aún faltaban más de cuatro siglos para que la ciencia médica avanzara tanto? ¿Cómo pudieron estos malvados artesanos de la mentira lograr las impresiones que se ven en la Síndone, que no se corresponden con ningún tipo de pintura ni de material imprimible conocido hasta ahora? ¿impresoras láser en el siglo XIV? ¿Cómo reproducen aspectos histórico-culturales, como el casco de espinas, desconocidos hasta que la historiografía moderna se interesó sobre esos aspectos? Bueno, claro, siempre podemos echar mano de templarios y de Leonardo Da Vinci, pero eso sería igual de estúpido que sostener en una sola evidencia, la del radiocarbono, frente a muchas otras, la prueba de la falsedad de la Síndone de Turín (y, por ende, del Sudario de Oviedo). Una evidencia, además, que multiplica las dudas y los problemas si la damos como válida, llevándonos a conclusiones que son más acientíficas aún que la que se pretende refutar, como ya se ha explicado.
¿Mi opinión? Que los estudios del C14 no son para nada concluyentes, y que tanto la Síndone de Turín como el Sudario de Oviedo constituyen, más allá de unos objetos de Fe de gran valor religioso, unos enigmas científicos e históricos que aún han de dar mucho juego y representar un reto para las distintas ciencias, erigiéndose así en un privilegiado campo de desarrollo de las mismas. Sin duda, de todas las pruebas presentadas en favor de la falsedad de la reliquia, la que me parece más convincente no tiene que ver ni con un tipo de datación, ni con ningún examen antropológico o histórico. Es, simplemente, la negativa de la Iglesia Católica a prestar la síndone para que sea objeto de los estudios más exhaustivos con el fin de cerciorarnos sobre el origen de la reliquia. Para esta negativa también dan sus razones, aunque me convencen poco. Eso sí, teniendo en cuenta cómo ha defendido la Iglesia Católica el legado de Cristo a lo largo de los siglos, ésta sería una manera más de comportamiento errático (Inquisición, desigualdad de la mujer, cruzada o guerra santa) que tampoco nos puede llevar a pensar en la falsedad de la reliquia que, de ser efectivamente ficticia, estoy seguro que ni siquiera las más altas instancias eclesiásticas lo conocerían.
No voy a ocultar que soy creyente, ni que me encantaría que ambas reliquias fuesen reales (algunos opinan que esto no es compatible, por cierto). Pero esto no es óbice para afrontar con mente abierta y gran interés todo lo que la ciencia pueda decir sobre ellas, sin forzar las evidencias para lograr el resultado que a mí me interese, tal y como parece el empeño de estos “esclerocépticos”.
Tras la milagrosa y definitiva aparición de “los profetas del radiocarbono” se han celebrado decenas de congresos científicos internacionales dedicados al debate, que parece que son inútiles para los “esclerocépticos” que ya han certificado y finiquitado la cuestión, pero yo, en cambio, os invito a sumergiros en tan apasionante misterio, el de la Sábana Santa para lo que podéis acudir a algunas de las siguientes direcciones web.
Para la Sábana Santa:
- http://www.linteum.com/
- http://www.sabanasanta.org/
- http://es.wikipedia.org/wiki/Sudario_de_Tur%C3%ADn
- http://webs.ono.com/sindone/pamenu.htm
- http://blogs.elcorreo.com/magonia/2010/04/10/diez-preguntas-y-respuestas-sobre-sabana-santa/
- http://www.shroud.com/menu.htm
- http://sabanasantaexpo.com/
- http://www.sabanasanta.info/component/content/article/72
- http://www.cuanticas.com/misterio-sabana-santa-turin
Documentales (en los casos en que son diversas partes el enlace es de la primera):
- http://www.youtube.com/watch?v=RM-NGAbSdCc
- http://www.youtube.com/watch?v=lfOsQpbBl3Q
- http://www.youtube.com/watch?v=k_A7nXvOyME
- http://www.youtube.com/watch?v=2yhSfNJruSY&feature=related
- http://www.youtube.com/watch?v=BtymdaoQ4MY&feature=relmfu
- http://www.youtube.com/watch?v=iUFBPbGqskU
Para el sudario de Oviedo (aquí hay menos material, sobre todo crítico):
- http://es.wikipedia.org/wiki/Santo_Sudario_de_Oviedo
- http://chicureo.com/Destacados/sudario.htm
- http://www.linteum.com/el-santo-sudario-de-oviedo.php
- http://logxia.com/revistamilenarios/portal/index.php?option=com_content&view=article&id=137
- http://webs.ono.com/sindone/oviedo1.htm
- http://www.akasico.com/noticia/1390/Religiones-y-espiritualidad/santo-sudario-oviedo.html
- http://www.shroud.com/guscin.htm
Documentales:
- http://www.youtube.com/watch?v=QNvUly9OLiA
- http://www.youtube.com/watch?v=JYoUsqOQjw0&feature=related
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domingo, 1 de abril de 2012
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