Ah, por cierto, aquí tenéis el enlace a mi otro blog, donde he colgado un vídeo-resumen de la excursión que realicé con los alumnos de 4º a Madrid el miércoles pasado: viaje al Madrid de Los Austrias






Acorde con el humor que me acompañó la semana pasada, el Amos que… de hoy se va a centrar en la muerte. Vamos a recordar algunas formas de morir cuanto menos “curiosas” y que, si olvidamos el resultado, pueden mover a la risa. Ya cité algunos hechos luctuosos verdaderamente ridículos (aquí), pero veamos algunos más.
algunas cajas y envoltorios puede ser mortal, y si no, ¿qué me decís de los “modernos” plásticos que recubren tarjetas de memoria, “pendrives”, ratones, etc…? Bien podría considerarse la proliferación de estos envoltorios como un intento de genocidio por parte de las multinacionales).
se hizo fama en la corte de Luis XIV de Francia. En aquella época, para dirigir la orquesta no se utilizaba la liviana batuta de la actualidad, sino un pesado bastón con el que se golpeaba el suelo a fin de que los músicos siguieran las indicaciones del director. Pues bien, en un ensayo, Lully cogió tal cabreo con los músicos que dio un fortísimo bastonazo en el suelo, con la mala suerte de que entre el bastón y el suelo se encontraba algo: su pie. La herida que se provocó se gangrenó y finalmente acabó con su vida en 1687. El otro ejemplo de que no hay que tomarse las cosas tan a pecho, el de Jasper “Jack” Daniel, fundador de las destilerías Jack Daniels. El hombre tenía problemas para recordar la combinación de su caja fuerte, que a buen seguro estaba rebosante de dinero. Una mañana, al no acordarse de ella y no poder abrir la caja, le pegó una patada haciéndose polvo el dedo del pie, que posteriormente se le infectaría provocando su muerte en 1911.
Venga, vamos a reírnos un poco… por no llorar. El sábado nos desayunábamos con la noticia aparecida en el (modo irónico on) riguroso, necesario, independiente y bien editado (modo irónico off) diario Lanza de la agresión de un alumno a un profesor de nuestra capital. Sorprender, al menos a los que trabajamos en la enseñanza, no nos sorprende la noticia, y la vamos a dejar ahí como tal, debido al expreso deseo del profesor agredido de que no trasciende ni de qué centro de trata ni, claro está, su identidad (y a pesar de ello ya sabemos por los “sensibles” y “respetuosos” periodistas que el agredido es el director de ese centro y que el agresor era un alumno de un Programa de Cualificación Profesional, una cosa que se han inventado para regalar el título a los alumnos que no quieren estudiar para que no abandonen los centros, un título que vale exactamente igual que el que le dan al alumno que se lo saca como Dios manda, por cierto, y si alguien piensa que no sé de lo que hablo, que conste que este año yo mismo soy profesor de segundo curso de PCPI). Es una noticia más, de entre las muchas que afectan a la educación, que tienen en común su carácter descorazonador. Vamos a estudiar el seguimiento que se le ha hecho a la noticia.
ucativa, más políticamente correcta (y estúpida, y falaz) que la de los propios políticos. Además, el agresor es mayor de 16 años, es decir, no es obligatoria su permanencia en el sistema educativo (al menos hasta que el lumbrera de nuestro Ministro de Educación, siguiendo la propuesta ya realizada por las mentes preclaras al cargo de la educación en CLM, lleve a cabo sus proyectos de ampliación de la edad de permanencia obligatoria hasta los 18 años, pero es que eso merece un artículo aparte). Lo normal, por tanto, es que se le expulsara de ese PCPI, que al fin y al cabo es un “premio” (indecente, pero premio) que le da la administración por ser un vago y un sinvergüenza. Pero ya os adelanto yo que no. Que el chaval se incorporará al programa en un mes como mucho tras ser “expulsado”, y que en uno (si es alumno de segundo) o dos (si lo es de primero) años tendrá su título de la ESO, exactamente el mismo que el estúpido e iluso alumno de 4º de ESO que se está dejando los cuernos estudiando a lo largo de todo su periplo escolar. Es lo que hay.
r el pasado viernes por parte de un alumno en Ciudad Real, es una muestra más de las que sufren muchos profesores en Castilla-La Mancha, que en la mayoría de los casos acaban sin ser denunciadas”. Ahora, las declaraciones de otro de los sindicatos: “El Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza (STE-CLM) condena en un comunicado difundido este domingo el puñetazo que el viernes propinó un alumno al director de un instituto de la capital, -una información que adelantó Lanza- y pide “que no se utilice este caso para elevar el nivel de descalificación existente en torno al clima escolar y que no se extrapole y se diga que esto es reflejo de lo que ocurre en la enseñanza [como sostiene Anpe] pues los datos existentes nos demuestran que esto ha sido un caso excepcional”. Ya los veis. ¿Les preocupa la situación de la enseñanza? Ni lo más mínimo. Simplemente tratan atacar a sus enemigos y apoyar a sus amigos, con el afán de seguir coleccionando liberados y continuar alejados de la tiza.
muchísimos problemas de disciplina en uno de los cursos. Pero muchos. No había quien dese clase, y los partes de disciplina se multipicaban todos los días. A un profesor, inocente él (o ella), se le ocurrió poner estos problemas en conocimiento del inspector de eduación de la zona. Esperaría que el inspector hiciera uso de su autoridad, que llamase al orden a los alumnos y a los padres, etc. Pero no. ¿Qué hizo el señor inspector? Le pidió la programación didáctica a todos los profesores, a ver si estaba bien hecha. Ya está. Punto. No hizo más. Aquí se ve, primero, la sensibilidad de la administráción, y, segundo, que no tiene ni puñetera idea (o no quieren tenerla) de lo que es un centro educativo en su día a día.
Se acercan las navidades (para los grandes almacenes y supermercados ya están aquí) y con ellas las típicas películas navideñas. La número uno de la historia es, sin duda, “Qué bello es vivir”, del sin par Frank Capra, una película que no por estar teñida de espíritu navideño deja de ser uno de los cúlmenes del séptimo arte, al menos para el que suscribe (y cuidadín con criticarla sin argumentos sólidos en mi presencia, que me puedo poner muy violento como alguno ya sabe y podéis apreciar aquí y aquí). De menor calidad, pero algunos muy divertidos, suelen ser los filmes basados en Santa Claus, como los realizados en los últimos años por Tim Allen, o los que adaptan el popular “Cuento de Navidad” de Dickens (en este caso, me encanta Bill Murray como un postmoderno Mr. Scrooge en “Los fantasmas atacan al jefe”). Pero si hablamos de un clásico de las navidades (auque se estrenó en verano), quitando la obra maestra de míster Capra, debemos hacer alusión a otra gran película, también una obra maestra, aunque ésta del cine de acción, considerada además la mejor de la historia en este género: nada más y nada menos que “La jungla de Cristal”.
inald Veljohnson y el personaje, policía para más señas, en un episodio enmarcado en las fechas navideñas y con una crisis con rehenes como trama, se llamaba precisamente Al Powell. Pedazo de homenaje. Otra “frikada”: en una de las series de cómic de mayor éxito entre la crítica en los últimos años, “Invencible”, de Robert Kirkman, el protagonista, un adolescente con superpoderes, acude al Instituto “Reginald Veljohnson”, y el director es clavadito, clavadito, al actor; ¡qué huella nos has dejado, “Carl Winslow”( y amenazo con ocuparme algún día de Urkell y toda la tribu de “Cosas de Casa”, otra de esas producciones que me han dejado una profunda huella y por la que tengo verdadera admiración y devoción).
bilidad en una gran empresa, él no la apoya lo suficiente, y se niega a trasladarse y abandonar su puesto en la policía de N.Y. Cuando va a pasar la Navidad con Holly y la hija de ambos, John se encuentra en la fiesta de navidad del edificio Nakatomi, sede de la empresa donde trabaja su esposa, con la irrupción de unos terroristas. Éstos, dirigidos por Hans Gruber, quieren hacerse pasar por miembros de una guerrilla revolucionaria, cuando en realidad son vulgares ladrones (¡cuánto realismo hay en esto!). Curiosamente, la mayoría de los terroristas son europeos. En torno a esto hay una singular circunstancia, que puede hacer las delicias de los aficionados a las teorías de la conspiración. Por aquellos años lo que era el Mercado Común europeo se convirtió en la Comunidad Económica Europea, estrechando aún más los lazos económicos entre los países miembros, algo que fue visto con escepticismo desde los EEUU. Pues bien, en el film, no sólo los terroristas son en su mayoría de origen europeo y se comunican entre ellos en alemán, sino que cuando aparecen las imágenes las que “trabajan” en el robo, suena como fondo el Himno de la Alegría, himno de la actual Unión Europea. Eurofobia pura y dura, podría interpretarse.
“Eres más feo que Picio”. Es, sin duda, una de las expresiones más populares de la actual lengua castellana; y es que como siempre, a los españoles lo que más nos gusta es “faltar” al prójimo. ¿Pero quién era Picio? La versión más extendida nos lleva a un zapatero granadino, algunas fuentes incluso aventuran que de principios del siglo XIX, que fue condenado a muerte por causas desconocidas y que, a punto de subir al cadalso, llegó su indulto. La tensión sufrida le provocó la caída del pelo, las cejas y pestañas, aparte de otras deformaciones en el rostro. Su aspecto era tan horrible que siempre iba con su cara cubierta, por lo que, se cuenta, fue expulsado de su pueblo al negarse a entrar en la iglesia, para lo cual tendría que descubrirse. Como suele ocurrir en estos casos, la veracidad debe tomarse con pinzas, por lo que ha de considerarse más leyenda que historia, aunque bien es cierto que toda leyenda popular tiene un poso de realidad.
a corrida importante, organizasen una fiesta a la cual acudían los personajes más insignes de la ciudad para conocer y agasajar al diestro. Imaginad, eso sí, la extracción social habitual de estos diestros, así como su consecuente formación intelectual. Tras una gran tarde en Las Ventas, en la fiesta posterior, a “Guerrita” le presentaron a don José Ortega y Gasset. El diestro preguntó qué era eso de “filósofo”, y cuando le explicaron que era un trabajo que consistía en pensar y reflexionar sobre las cosas, exclamó: “Hay gente pa tó”. El problema es que este Guerrita se retiró en 1899, cuando don José tenía tan sólo 16 años y, desde luego, aún no era el genial pensador en que después se convirtió. Si esta anécdota ocurrió en otras circunstancias, cuando ya estuvo retirado, entonces quizá esta versión sea cierta. Otras “fuentes” atribuyen la frase al torero, algo posterior, Rafael Gómez “el Gallo”, con el que las fechas cuadran más. El caso es que eso de vivir de pensar y reflexionar le resultaba curioso al autor de esta cita, muy probablemente uno que se ganaba el pan encerrándose con un toro, engañándole con un trapo pa que vaya y venga de un sitio a otro, para terminar matándolo de una estocada o una punzada en el “morrillo” (dicho sea esto con todo el respeto que me merece el arte taurino, del que no soy ni defensor ni censor). Vamos, como ahora, que eso de “pensar” es algo banal y vacuo cuando no odioso y pernicioso. Si ayer se entronizaba a los ganaban la vida matando toros (y aún hoy a algunos), hoy se hace con los que cuentan con quién se han acostao o demuestran lo patéticos que son, ellos, su vida y sus entendederas, ante millones de personas. ¡Qué poco ha evolucionado este país!
Vamos con uno de mis preferidos: “Ser más chulo que un ocho”. Siempre me ha encantado esta expresión. “Más chulo que un ocho”, y yo me imaginaba el ocho, y me decía, “pues sí que es chulo sí, es la forma numérica más completa, así regordete, usando todas las líneas en los viejos marcadores digitales”. Y es que el ocho siempre me ha gustado, incluso fue mi dorsal en mis hace tiempo pasados y no excesivamente duraderos años como deportista federado. Pero la explicación, sin embargo, poco tiene que ver con el número ocho en sí. Se trata, como veréis a continuación, de la expresión más castiza que puede haber. A principios del siglo XX, el tranvía que atravesaba el paseo de la Florida hasta llegar a la pradera de San Isidro era precisamente el ocho, y cuando había verbena venía cargado de chulapos y manolas. Surgió entonces la expresión “nada más chulo que un ocho camino de la verbena”, que se fue contrayendo con el tiempo en la actual “más chulo que un ocho”.Ahí queda eso.
Como algunos avispados ya habéis notado, he colocado una encuesta permanente en la parte derecha para preguntaros sobré qué secciones de las habituales del blog os parecen más interesantes. A falta de comentarios, que cada vez hay menos (no así visitas, por lo que me transmite el Servicio de Espionaje Internetero que he contratado con tal fin, y que me informan que se mantienen en cifras apreciables, al menos por mí... bueno, yo es que con que me visitéis uno o una ya me vale) me gustaría saber vuestra opinión sobre qué aspectos del blog os gustan más, y cuáles menos claro. ¿Para qué? Mera curiosidad y cotilleo, y para, si los números reflejan grandes diferencias, priorizar unas secciones sobre otras (algunas las tengo un poco olvidadas, como la de Cerca de las Estrellas, pero prometo volver a ellas). Aunque es una encuesta, no se hace cansado participar (¿lo pilláis?, en-cuesta, jejeje... perdón, la sección de chistes malos aún no ha sido creada, lo siento...) Pues nada, a ver si tenéis unos segundillos para hacer click en las opciones, que os lo agradecerá vuestro amigo y vecino Wayne. ¡Gracias por pasaros por aquí!
Hay momentos definitorios en la vida de las personas. Un acontecimiento, un acto, una decisión, que valen por toda una vida. Y si esto es algo extraordinario, aún lo es más que ese hecho, esa resolución, no sólo marquen la vida de ese individuo, sino que determine el futuro, o falta de él, de toda la humanidad. A menudo estos actos son anónimos y desconocidos, y pocos salen a la luz. Uno de esos escasos casos que terminan siendo de dominio público es el de Stanislav Petrov, un teniente coronel del ejército soviético que bien pudo, con una simple decisión, salvar a la humanidad de la Tercera Guerra Mundial (la que, según dicen muchos, sería la última, y creo que no es necesario explicar el porqué).
isiles. Se intentó ocultar el incidente, aunque pocos años después salió a la luz. Petrov fue reasignado a un puesto de inferior responsabilidad, y se jubiló anticipadamente por petición propia. Durante un tiempo, tuvo problemas nerviosos como consecuencia de la tensión a la que estuvo sometido. Actualmente reside en Fryazino, un suburbio de Moscú, con su pequeña pensión de oficial retirado. En 2004 fue premiado por la Asociación de Ciudadanos del Mundo con el World Citizen Award, dotado de 1000 dólares que supongo que le vendrían muy bien al hombre. En 2006 fue homenajeado en la ONU, aunque los herederos de la URSS, Rusia, minusvaloraban el hecho protagonizado por Petrov declarando que el protocolo nuclear no dependía de una única fuente de información. Sin embargo, el contexto en el que sucedió el incidente, con la OTAN realizando maniobras militares en la frontera con Europa Oriental, y Reagan denominando al bloque oriental como “El eje del mal”, nos impide saber con claridad qué reacción hubiese provocado la información de varios misiles en ruta hacia suelo soviético. Por suerte, y por la valentía y decisión de un hombre, no sabemos qué hubiera pasado. Ni falta que nos hace.