viernes, 22 de mayo de 2009

Yo no estuve allí (y a saber si estuvo alguien): El Rey Arturo (I)

Arturo. Excalibur. Camelot. Merlín. Lancelot. Perceval. Morgana. Ginebra. ¿Qué bien suena, verdad? Todo ello nos transporta a un mundo mítico, legendario, en donde la valentía y la bravura, la fuerza del espíritu y la pureza del alma eran las que determinaban el destino de los hombres. El mito del Rey Arturo; pocas tradiciones legendarias son tan universalmente conocidas y resultan tan atrayentes para el imaginario popular. ¿Pero qué hay de realidad histórica en este mito? ¿Dónde y cómo apareció? ¿Cómo surgieron sus rasgos distintivos y se fue enriqueciendo con otros elementos fabulosos? Vamos a intentar contestar a estas preguntas.

Hagamos un breve resumen de los aspectos más conocidos del mito artúrico.

Arturo era hijo natural del rey Uther Pendragon, y de la duquesa Ingraine de Cornwall. Para poner fin a largos años de guerra entre su reino, situado en Gales, y el ducado de Cornwall (Cornualles), Uther invitó a su castillo al Duque Gorlais y a su esposa. Al ver la belleza de ésta, el rey galés se enamoró perdidamente de ella. Alertada y molesta, la duquesa le pidió su esposo abandonar el castillo y volver a casa. Uther le pidió entonces ayuda al mago Merlín, que a cambio de su intervención hizo prometer al rey que si en su relación engendraban un hijo, éste le sería entregado al mago. Así, Merlín embrujó a Ingraine para que cuando viese a Uther pensase que se trataba de su esposo Gorlais, y de esta manera la sedujo. De la relación entre ambos nació Arturo, que nada más nacer fue entregado a Merlín, cumpliendo así Uther con su compromiso.

Merlín envió a Arturo con un noble local, sir Héctor, para que fuese criado y educado. A los 16 años viajó con su padrastro y su hermanastro Kay a Londres, donde se encontraba una espada aprisionada en un yunque. Eran tiempos de anarquía y desórdenes, con los distintos caballeros feudales luchando por el poder y cometiendo desmanes contra la población. En la hoja de la espada había una inscripción que decía que quien fuese capaz de sacarla se convertiría en Rey de toda Inglaterra, encargado de unificar todos los reinos de la actual Gran Bretaña. Según algunas tradiciones se trataría de la mítica espada Excalibur, aunque en otras ésta le sería entregada posteriormente por la Dama del Lago. Todos los caballeros de Inglaterra probaron a sacarla, pero ninguno lo consiguió. Arturo, sin embargo, sin ser aún caballero, fue capaz de liberarla. Se convertía así en Rey, y aunque en principio le costó ser aceptado por el resto de los nobles, poco a poco fue imponiendo su autoridad.

Nos encontramos más tarde a Arturo ya establecido como monarca de toda Britania en su castillo de Camelot. Funda la orden de la Tabla Redonda, a la que pertenecían los caballeros más nobles del reino: Sir Lancelot, Sir Perceval, Sir Galahad…

La gran aventura de Arturo fue la búsqueda del Santo Grial, que en el mito artúrico se corresponde con la copa que utilizó Cristo en la última cena. Los caballeros de la Tabla Redonda viajan por todos los reinos, conocidos y desconocidos, protagonizando todo tipo de aventuras y enfrentándose a dragones y otros seres fabulosos, con el objetivo de encontrar la preciada reliquia. De ahí surgen otras historias y relatos que enriquecen enormemente el mito del Rey Arturo y de los caballeros de la Mesa Redonda.

La principal enemiga de Arturo fue su hermanastra Morgana, hija de Ingraine y de su esposo Gorlais. Ésta, que odiaba a Arturo por ser fruto del adulterio de su madre, intentó vengarse de él durante toda su vida. De joven fue enviada a la mítica isla de Avalón, donde fue educada en la magia, convirtiéndose en una poderosa bruja. Usando de sus poderes mágicos, y aprovechando la desaparición de Merlín, que fue encerrado por la Dama del Lago en una colina para toda la eternidad, Morgana se hizo pasar por Ginebra, esposa de Arturo, y yació con él. De esta relación incestuosa nació Mordred.

La esposa de Arturo, Ginebra, se enamoró del caballero más valiente de la Orden de la Mesa Redonda, Lancelot (Lanzarote en la traducción al castellano). Ambos consuman el adulterio, y Mordred, hijo de Arturo e hijastro de Ginebra, lo denuncia ante su padre. Arturo se ve entonces traicionado por la mujer que amaba y por el mejor y más fiel de los caballeros de su Orden. Con todo el dolor de su corazón, pues su amor por Ginebra es grande y sincero, es obligado por las leyes a condenar a su esposa a la hoguera. Sin embargo, Lancelot la salva y juntos huyen a Francia.

Cuando el Rey sale en persecución de los huidos amantes, deja en el trono a su hijo Mordred. Al regreso de Arturo, Mordred se niega a devolver el poder a su padre, y las huestes de ambos se enfrentan en la batalla de Camlann. Aunque Arturo atraviesa a Mordred con una lanza, éste, moribundo, hiere a su padre fatalmente y también cae muerto.

El cuerpo de Arturo fue llevado por tres hadas (que bien pudieron ser la propia Morgana, Vivian la Dama del Lago, y Elaine, reina de las ninfas) hasta Avalon. Poco después devolverían su cuerpo a su hogar en Britania, donde se erigiría una capilla junto a su sepultura. Posteriormente fallecería también Ginebra, que fue enterrada junto a la tumba de Arturo por Lancelot, que terminaría su vida viviendo como un ermitaño velando a su amada y a su Señor.

Ésta sería, a grandes rasgos y de forma muy somera, la leyenda de Arturo, Rey de toda Britania. Por supuesto me dejo en el tintero aspectos muy curiosos, como el destino de Excalibur, el hallazgo por parte de Galahad (hijo de Lancelot) del Santo Grial, la boda de Arturo y Ginebra y cómo se enamoró ésta de Lancelot, etc.

Como vemos, es una historia llena de pasión, amor, sexo, violencia, valentía, traición, misterio… Tenía por tanto todo lo necesario para convertirse en lo que en literatura llamamos ahora un Best-seller o en el cine un Blockbuster, y así ocurrió: se convirtió en una de las leyendas recurrentes en el imaginario popular ya desde la Edad Media. Y hasta hoy.

Edito: me ha salido un artículo demasiado largo para ser sólo una primera parte, por lo que divido esta primera parte en dos. Pronto, la segunda parte de la primera parte (y dos huevos duros)

2 comentarios:

  1. La verdadera historia de Arturo se encuentra fielmente relatada en "Los caballeros de la mesa cuadrada".

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  2. ¡Si claro y yo soy emperador porque una chalada me lanzó una cimitarra!

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