Lo han vuelto a hacer. Seguimos huyendo hacia adelante. La situación de la educación en España es cada vez más alarmante y vergonzante, pero los responsables de la misma, lejos de reconocer los fallos e intentar enmendarlos, toman decisiones una detrás de otra que abundan en los errores y alejan más la esperanza de una solución. Una vez finiquitado el respeto al profesor en todos los niveles de Secundaria (ya no hay respeto al profesor por serlo, sólo se respeta a los que se hacen respetar, con lo que estamos formando unos jóvenes cobardes con los fuertes y tiranos con los débiles, amén de tremendamente machistas pues a menudo identifican la fuerza con el hombre y la debilidad con la mujer), y el valor del trabajo y el sacrificio personal en la ESO, ahora también quieren desterrar esto último del Bachillerato. Quieren no; lo han hecho. Aquí tenéis la noticia. Supongo que algún lector por ahí, por prejuicios ideológicos (que son muy poco lógicos, si se me permite la rima), comenzará a dar casos de pobres chicos y chicas que él conoce y que esta medida supone un ejercicio de justicia para ellos, etc. Suele ocurrir, cuando no hay argumentos se escudan en particularidades, que a menudo no son más que invenciones. Bueno, yo hablaré de generalidades desde el punto de vista de un profesor con siete años de experiencia (que no son muchos, pero os aseguro que han sido muy intensos) en secundaria de los cuales en cinco he impartido algún curso de bachillerato.
Ésta es una medida estúpida, propia de aquellos que no han pisado un aula de secundaria en muchísimos años y que intentan aplicar sus fabulosas (de fábulas) teorías sobre la educación sin tener una mínima visión de la realidad. Los actuales bachillerandos no cursan primero o segundo de bachillerato, cursan Quinto y Sexto de la ESO. Los problemas y carencias de la ESO continúan en este ciclo no obligatorio, donde todo se les facilita para que no piensen y no trabajen. El caso es tenerlos contentos: a ellos (están entretenidos, se les da un título, se les mima como estudiantes que son, con todos los derechos pero sin deberes) y a sus familias (les cuidamos a los chavales para que no den la matraca en casa). Como en la ESO. Y en vez de exigir, y posibilitar, un verdadero aprendizaje más maduro que les prepare para el mundo laboral o para la universidad, se continúa por el mismo camino de la Secundaria Obligatoria: tú no molestes, preséntalo todo muy limpio, di que has estudiado mucho aunque no tienes ni puñetera idea de nada, y apruebas porque al fin y al cabo pobrecito, no te vamos a cortar las alas ni a quebrar tus sueños que eso es de reaccionarios. Y pa´lante.
¿Qué no eres capaz de entender un texto escrito? No pasa nada ¿Qué no eres capaz de escribir sin faltas de ortografía, aunque ni siquiera contemos las tildes como tales? Hombre, qué más da. ¿Qué no eres capaz de escribir un texto mínimamente coherente? Para lo que hay que decir, con insultos y lemas aprendidos y creyéndote lo que te tienes que creer, es suficiente. Y así nos va. Ya empezaré a poner las respuestas increibleblebles de Bachillerato, que nos vamos a reír una “jartá” (sí, sé que al hacerlo yo soy un vil facha facineroso fascista autoritario y retrógrado, claro, y además del Madrí, ¿se puede ser algo peor?). Después llegan a la universidad, y pasa lo que pasa. Que los profesores universitarios se escandalizan del bajo nivel de los alumnos. Pero claro, eso es culpa de los institutos, de los profesores que son unos vagos, del sursum corda si hace falta; pero de los responsables de educación no, que en el ámbito universitario el pensamiento único impide echarle la culpa a tan alegre pandilla de felices intelectuales progresistas (ja) que todo lo saben pero qué casualidad que llevan jodiendo la educación veinte años (lo bueno que han hecho, que algo hay, es casi insignificante comparado con lo malo) Y todo por culpa de otros, claro. Y de Franco. Y Bush. Ésos que no falten. Que por cierto, esto que digo sirve también para muchos compañeros de secundaria. Que ya no comulgan con ruedas de molino, no… ¡con ruedas de Monster Truck si hace falta!
¿Y quiénes han sido los dos últimos máximos responsables de Educación a nivel estatal? Dos profesores universitarios de muchísimo prestigio, sí, pero que no tienen ni idea de los problemas de la educación más allá de ese “mundo feliz” e independiente que es la universidad (o al menos así lo demuestran). Y no hablo de los responsables a nivel regional, que hace unos meses ya creo que dije lo que tenía que decir (ver artículo sobre la propuesta de Ley de Educación en CLM en este mismo blog, en la etiqueta “educación”).
El otro día leía en El País a un profesor de didáctica de la Universidad de Valencia hablando sobre el gran mal que había hecho el Supremo al anular la posibilidad de matricularse de asignaturas de 1º y 2º a la vez en Bachillerato. Y hablaba de los ritmos del aprendizaje, de facilitar al alumno la consecución el éxito en las materias para reforzar su confianza y ser más justos con la diversidad del alumnado, etc. Y decía que si así se hacía en la universidad, y funcionaba (jajajajaaja… perdón) por qué no iba a a poder aplicarse al Bachillerato. Paparruchas. Paparruchas una detrás de otra. ¿Y lo de la educación integral? ¿Lo de preparar al alumno para tomar sus propia decisiones? ¿Lo de hacer ciudadanos preparados para participar activamente en la sociedad? No, eso da igual. Integral, lo que se dice integral, con poquito que sepan para repetir los lemas irracionales y las mentiras que son el pan nuestro de cada día en nuestro país, es suficiente. Tomar sus propias decisiones, pues hombre los hay que beben Ron y otros Whisky, con eso vamos apañados. Ah, y lo de la píldora del día después, que vaya decisión tienen que tomar las pobres… ¿se la toman en ayunas o después de merendar? No, no, en ayunas por la mañana no que están los papis en casa, y no se tienen que enterar, que al fin y al cabo sólo son los que nos han dado la vida, nos han criado y nos pagan los caprichos dejándose los cuernos en el trabajo. Papi-Estado es mejor, por supuesto, él sí nos comprende. Y lo de participar activamente en la sociedad, con no molestar ya nos están haciendo un favor, que se dediquen a sus videojuegos y sus salidas nocturnas y que no molesten, que ya organizamos el mundo como nosotros queremos, que es como hay que hacerlo. Pobrecicos, qué sabrán ellos qué les conviene.
Y el caso es que al final estoy de acuerdo con ese profesor del que no recuerdo el nombre: el Supremo nos ha jodido pero bien. Sí, porque lo que se han aprobado ahora es muuucho peor. Podemos tener un alumno que sólo curse tres o cuatro asignaturas un curso, que son las que suspendió, y ya está. A lo mejor el nene o nena se tira un año entero sin dar matemáticas, o inglés, pero no pasa nada, verás como cuando pase a segundo no tiene ningún problema. Y seguro que al volver a cursar ocho asignaturas no tiene ningún problema con su disciplina de trabajo, a pesar de haber estado un curso entero estudiando sólo tres. O el caso, mejor aún, del que se matricula de todas, pero “se le guarda la nota por si la empeora”. O sea que ahí tienes al chaval rascándose el ombligo en clase, porque a él ni le va ni le viene lo que diga o mande el profe porque al fin y al cabo su nota la tiene segura. Está ahí porque sus padres le obligan, porque a ver dónde va a ir si no, que no se fían de él. Y se aburre. Y molesta al de al lado. E interrumpe continuamente la clase. Y el gilipollas del profesor que se cabree si quiere, que yo ya tengo mi nota. Cojonudo, ya veis. Muy útil y pedagógico. Tú relájate chaval, que ya estamos nosotros para facilitarte el aprobado. Que lo más importante es que domines esa competencia emocional que en la ESO hemos implantado en Castilla La Mancha, tan innovadores nosotros. Es decir, no te deprimas, pobrecito.
Ya asistimos a la “primarización” de la ESO, ahora a la “esificación” del Bachillerato, y pronto a la “esificación” también de la Universidad. Claro que es normal en un sistema como el nuestro donde lo que le interesa a las universidades es tener alumnos, que por eso les llega financiación, y les da igual el nivel que tengan. Incluso el otro día, en un ránking sobre las mejores universidades de España, vi que uno de los criterios a valorar era ¡el porcentaje de aprobados! Lo que decía, como en la ESO. ¡Cuánto me río cada vez que los alumnos se me quejan amargamente diciendo “es que quieren poner más difícil la selectividad” (ahora PAU, próxima PAEG)! ¡Pero si es al revés, cuántos más mejor, aunque no sepan hacer la “o” con un canuto! Ya habrá tiempo de exclamar “¿pero qué coño les enseñan en los institutos?” y echar pestes de su profesorado. Lo importante es que estén matriculados, y “clink, clank, caja”.
Y todo esto un mes o así después de lo de los ordenadores para Quinto de Primaria. Vaya notición. Los libros de texto no son gratis en todo el país, sólo en algunas comunidades, pero claro, ordenadores es más importante. ¿Libros? Para qué, no sea que aprendan algo, empiecen a pensar por sí mismos y se nos acabe el chollo. Y tampoco es que esté muy de acuerdo con lo de la gratuidad de los libros de texto, porque claro, para comprarle la PS3 o la Wii al niño, se estira la economía familiar lo que haga falta, pero para libros, ¿es que hay que gastarse dinero en su educación? Como si valiese para algo. Sí, sí, ya estoy oyendo a algunos “es que hay gente que no se puede permitir esos gastos, que no llegan a fin de mes” Efectivamente, para ésos hace mucho que se inventaron las becas, que incluyen una dotación para material. Pero lo de universalizar la gratuidad de los libros es una nueva manera de quitar importancia a la cultura. Ah, no que lo malo es bajarse cosas de internés, los millones de canciones de Ramoncín y pelis de los Bardem que se baja la gente pa no pagarlas. Eso es lo que acaba con la cultura, el emule, no la falta de consideración y la proscripción de los libros.
Y mira que fue graciosa la respuesta del ministro, don Ángel Gabilondo, Excmo.ex- Rector de la UAM, cuando le inquirieron si esto de los ordenatas era necesario y si con eso se acababan los problemas de la educación en España. Dijo el buen señor que no, que sólo era una de entre tantas decisiones para mejorar la calidad de la enseñanza. Las demás no las dijo, eso sí. Estaría esperando a esto del Bachillerato. Y también dijo que no, que no era la más importante. Claro, por eso la suelta el presidente de gobierno en el Debate sobre el Estado de la Nación, porque es una minucia. ¡Ay, ese subconsciente, cómo le funciona, señor Ministro, que a sabiendas de la gilipollez de la decisión intenta al menos quitarle importancia! Y es que así va la educación en España, a base de “calentones”: el de Zapatero con Quinto de Primaria (uy, qué mal ha quedado esto, pero vosotros me entendéis), el de Barreda con los portátiles para profesores, o el de Camps dando Ciudadanía en inglés, por poner tres ejemplos. Pero no quedó ahí la respuesta, sino que al intentar justificar la idoneidad de este programa de informatización de las familias (el que no tenga hijos que se joda y se lo compre; eso está muy bien para estimular la natalidad), dijo que se estaba pensando en los nuevos procesos productivos y en las nuevos perfiles profesionales que el mundo actual necesita. ¡Y se está refiriendo a niños de Primaria! ¿Y aquello de formar personas y ciudadanos antes de nada? Nada, nada, minucias.
Y así andamos, pa´trás como los cangrejos. “Lo que sería necesario es un gran pacto por la educación”, dicen desde diversos medios. Ja, ja, y ja. Difícilmente puede ser posible cuando unos, contumaces en su soberbia, no se hacen responsables de sus actos y niegan la realidad que han creado, y los otros… bueno, a los otros es que aunque lo intenten no se les deja. Se les saca a la “ilustrada chavalería” a la calle y ya está. Recuerdo aquel año 2003 cuando no había clase los jueves; “cerrado por huelga”. Cada jueves una, por el Prestige, por Irak, por la LOCE, por la LOU, por Mesopotamia, Besarabia y por Lou Grant… Lo que fuese. Eso sí, la protesta la hacían desde casa, roncando hasta las 11 de la mañana y después desperezándose hasta la hora de comer. Lo de las manifestaciones es de antiguos. Además, si no sabían por qué hacían huelga, ¿cómo iban a saber a qué manifa ir?
Y tampoco es que confíe mucho en estos “otros”, pero oye, habría que dejarles a ver qué hacen en materia educativa a nivel de currículo (porque a otros niveles está claro, favorecer la educación concertada; sí, sí, ésa que manejan entes privados pero que pagamos todos con nuestros impuestos). Al menos en Madrid han implantado la “blasfema” (para la JCCM) cuarta hora de Historia de España en 2º de Bachillerato. Aquí es que la tutoría (¡en 2º de Bachillerato, que muchos chavales ni vienen a esa clase!) es intocable.
¿Esperanza? (perdón) Ninguna. En los responsables políticos, digo. Bueno, salvo la de seguir sobreviviendo en este cada vez más complicado mundo educativo. Esperanza, como digo, en los responsables de educación no me queda. Sólo confío en los miles de compañeros y compañeras que se dejan la piel, la ilusión y la vida en hacer bien su trabajo y formar a preparadas y buenas personas; en los millones de chavales que sinceramente quieren aprender y crecer como individuos; y en la mayoría silenciosa (en extremo, quizá) de buenos ciudadanos que no dejarán que este país y esta sociedad se vaya a pique.
¿Temores? Muchos. Sobre todo que los chicos y chicas que “sufren” (aunque ellos no lo crean) nuestro actual sistema educativo son los que en el futuro tendrán que curar nuestras enfermedades, diseñar nuestros puentes y carreteras, decidir nuestras leyes… ¿A que da miedo?
Buhhhhhh, soy el ministro de educación y vengo a por vosotros… y traigo a la ministra de cultura, ¿no tendrás un ordenador y conexión a internet? Porque te vas a enterar…
No puedo estar más de acuerdo con el análisis que se ha realizado a lo largo de este artículo.
ResponderEliminarEs verdad, da miedo, incluso me atrevería a decir pánico. Pánico a la casta política junto a la incapacidad de esa mayoría silenciosa y comodona. ¿Hacia dónde vamos? seguro que hacia el desastre mientras empleamos la técnica del avestruz.
Es hora de presentar batalla, es hora de los colectivos sociales y de las plataformas. Pero tenemos que hacerlo, porque cada vez hay menos tiempo de intentar parar el devenir hacia el que nos dirigimos.
RESISTENCIA
Tienes toda la razón, wayne. Llevamos 15 años de despropósitos con las leyes educativas. Yo he estado 5 años de funcionario en secundaria aquí en Madrid (ahora estoy en excedencia) y la situación en general es lamentable, y llega a ser dramática en determinados centros más conflictivos. Pero no hay nada que hacer hasta que no se deje de utilizar la educación como una herramienta de confrontación política y electoral, por parte de los dos partidos principales. Y tristemente éso va a seguir pasando, así que yo creo que lo único que queda es freir a huelgas a las administraciones educativas. Aún así, mucho tendrían que cambiar las cosas para superar el inmovilismo y la resignación en la que se halla sumido el colectivo docente, porque, al final, las protestas de unos pocos siempre suelen quedar diluidas en la nada.
ResponderEliminarLo he puesto en el menéame, llevas 14 votos favorables y seguro que te han aumentado las visitas.
ResponderEliminarNadie quiere darse cuenta, porque en realidad todos tenemos parte de culpa, pero vamos de mal en peor. Los valores se han perdido y los alumnos ya no necesitan esforzarse por nada.
ResponderEliminarTe invito a leer mi artículo al respecto: Trivial Pursuit edición LOE
http://www.terceraopinion.net/2009/06/28/trivial-edicion-loe/
Un saludo.