Si puedes mantener la cabeza cuando los otros
han perdido la suya y están culpándote,
Si puedes confiar en tí cuando los demás dudan,
pero, a la vez, eres indulgente con sus dudas;
Si puedes esperar y no te cansas por esperar,
o, siendo mentido, no caes en la mentira,
o, siendo odiado, no te entregas al odio,
y aún así, no presumes demasiado ni hablas demasiado sabiamente.
Si puedes soñar y no permites que tus sueños te gobiernen;
Si puedes pensar y no haces de tus pensamientos tus aspiraciones;
Si puedes enfrentarte al Triunfo y al Desastre
y tratas a esos dos impostores como si fuesen lo mismo
Si puedes soportar que la verdad que has dicho
sea retorcida por bellacos para ser convertida en una trampa para necios
o, al contemplar cómo se rompen las cosas por las que diste la vida,
te inclinas a rehacerlas con herramientas gastadas.
Si puedes hacer un montón con todas tus ganancias
y arriesgarlas en una jugada a los dados,
y perderlas, y empezar otra vez desde el principio
y no rechistar nunca acerca de tus pérdidas.
Si puedes forzar tu corazón, tu nervio y tu fuerza
para que te sirvan aún después de que se hayan ido
y te sostienes cuando ya no queda nada en tí
excepto la voluntad que te dice "Resiste"
Si puedes hablar a las masas y conservar tu virtud
o caminar entre reyes sin perder el contacto con la gente,
Si ni los enemigos ni tus amigos pueden dañarte,
Si todos los hombres cuentan contigo, pero ninguno de ellos demasiado;
Si puedes llenar el inexorable minuto
con el equivalente a sesenta segundos de distancia recorrida.
Tuya es la tierra y todo lo que hay en ella,
y, lo que es más, ¡Serás un hombre, hijo mío!
Rudyard Kipling

Este texto estuvo durante más de diez años pegado en una puerta del armario de mi habitación junto con otros escritos que me resultaban especialmente estimulantes, como el propio soneto de Quevedo comentado antes, la letra de la canción "Hijos del Amor y de la Guerra" de Medina Azahara o las traducciones de las letras de los temas "Born To Run" y "The Ghost of Tom Joad" de Bruce Springsteen. ¿Sabría Kipling a cuánta gente estaba ayudadno cuando escribía esos versos?.
Kipling también tiene otros poemas muy chulos, como uno sobre no rendirse jamás.
ResponderEliminarHay una gran diferencia entre las traducciones académicas y la que has puesto, en las primeras tienes que pararte a pensar que podrá querer decir, como si la lees en inglés, sin embargo en la que muestras sólo tienes que sentirla.
ResponderEliminarEnhorabuena por el programa.
¿La has traducido tú? Sabemos que fuiste profesor de inglés. (¡Lo que no pase en la pública!)
ResponderEliminarJe, je, je, ahí has estao bien, Mowgly, ahí has estao bien.
ResponderEliminarDe todas formas recuerda que mi novel de inglés es muy alto debido al tiempo que pasé en Wichita, aunque el acento de Kansas os chirríe a algunos.