A mí lo que se me acaba es la esperanza, porque están demostrando que son todos iguales, que en cuanto les interesa agitan los espantajos que más gustan a los "irreductibles" de cada una de las dos Españas: la Iglesia para los pseudo-progres y los funcionarios para los pseudo-liberales. Y así nos va, la educación dejada de la mano de Dios (por mucho que la Cospe se ponga la mantilla para el Corpus) y el país con la única esperanza de que lo compren los chinos.
Mira, al menos una cosa en la que unos y otros se ponen de acuerdo... machacar a los docentes y a la educación, de paso.
Algunos días dan unas ganas de mandarlo todo a tomar por... y no, no pinchéis en "Leer Más..." que no hay más, vamos a dejarlo aquí que aún no he dicho nada de lo que de veras me tenga que arrepentir después.

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