Porque yo lo valgo

Una nueva lección de democracia y objetividad de uno de estos "funcionarios" de la intelectualidad a los que no se les recorta el sueldo que desde hace más de treinta años, con unos gobiernos y con otros, tripean gracias a los impuestos de todos. Comenzamos con la noticia "aséptica" en El País: "Isabel Coixet defiende en Berlín al juez Baltasar Garzón. Su documental-entrevista agota las entradas - "Lo filmé porque cada día me indignaba cuando leía las noticias", asegura la cineasta tras la proyección". Luego, claro, la caverna mediática, el facherío audiovisual, apunta una situación dada en el estreno; tomado de la web de la COPE: "En la presentación del film, un joven entre el público ha preguntado a la directora Isabel Coixet, porqué en este documental, en el que se repasa toda la vida entera de Garzón, no se abordan puntos espinosos como los que mencionaba su relación con el PSOE. “Después de pasar muchas horas con él, como este documental lo he producido yo y lo he pagado yo, he decidido resaltar las cosas que a mi me interesan", ha indicado Coixet". "Por que yo lo valgo", le faltó decir. En la descripción que se hace del momento, por cierto, no se desvelan las risas y aplausos que tan "ocurrente" respuesta suscitó entre los asistentes, todos ávidos de conocer más acerca de ester juez pues seguro, seguro, seguro, aún no tenían una opinión totalmente formada por no conocer todos los aspectos que rodean a su persona y su trabajo y deseosos de que un documento objetivo como el que esperaban fuera éste les ayudaría a comprender la situación que envuelve al llamado "juez-estrella".

Pues ya estamos ansiosos por que esta directora acometa por fin un biopic de aquel gobernante que sacó de la crisis económica más importante de su historia a su país, redujo el número de parados de 6 millones a prácticamente cero y la convirtió en la primera potencia industrial de Europa en su época tras ganarse el apoyo mayoritario en unas elecciones: Adolf Hitler. (Y para los que les guste enredar y no tengan dos dedos de frente, no comparo a los personajes, sino los argumentos).