Estamos a final de curso, pero las transcripciones de estas respuestas increibleblebles acuden puntualmente a su cita aún a riesgo de que nos quede alguna para septiembre.
Continuamos con alumnos de 4º, a los que maltratamos intentando enseñarles (modo irónico on) algo tan inútil como la historia (modo irónico off).
Tratando sobre las causas de la Reforma protestante del Siglo XVI, se hace referencia a las prácticas poco edificantes de los obispos de la época, que solían no residir en las diócesis de la que eran titulares, así como de los canónigos que formaban parte de los cabildos de las iglesias y catedrales, que lejos de preocuparse por sus fieles únicamente pensaban en el beneficio. Sin embargo, entre tanta residencia, y tal, alguno se lía un poco:
“los obispos no residían en sus diócesis, los canónigos sólo buscaban el edificio…”.
Claro, andaban un poco perdidos, los hombres, buscando a los obispos, que los jodíos no estaban donde tenían que estar.
El caso es que Lutero veía todo esto muy mal, y reaccionó redactando y haciendo públicas sus 95 tesis contra las indulgencias, esas bulas papales que otorgaban el perdón de los pecados a cambio de dinero.
“Lutero puso en la Iglesia de Witenberg las 95 tesis contra el indulgismo”
Es muy habitual en la actualidad, y una de las principales quejas que se realizan al gremio periodístico, poner en boca de alguien palabras que no ha dicho. Normal, porque ya desde jóvenes practican. Muy conocida es la sentencia de Felipe II justificando la derrota de la Armada Invencible”: “no he enviado mi flota a luchar contra los elementos”. Cierto que hay variaciones, pero quizá las que nos proponían estos estudiantes son excesivas.
“Felipe II dice que él no ha mandado esos barcos y entra en lucha con los elementos”.
Bueno, en este caso creo que no se había enterado muy bien de qué iba la historia y parece que Felipe II en realidad quería escurrir el bulto; eso sí, esos elementos con los que entra en lucha no sé qué serán.
“Este suceso fue el origen de la frase conocida de Felipe II: la causa de mi derrota ha sido el tiempo”.
Si en el fondo parece que sí, que lo ha pillado, pero lo expresa de un modo algo raro.
También sus descendientes fueron objeto de bulas e injurias. Fijaos lo que decían de su nieto.
“Felipe IV trasladó la corte a París”
¿El rey pasmado le llamaban? Pasmados nos ha dejado a nosotros. Después de que su abuelo hiciese de Madrid capital del reino, va y hala, de mudanza a Versalles. Si los comuneros se rebotaron con Carlos I por no ser español, a saber qué hubiera hecho el pueblo castellano si hubieran trasladado la Corte a París… La del 2 de mayo, pero dos siglos antes, como poco. Un precursor de los afrancesados.
Un tipo raro, este cuarto Felipe. Parece que a alguno le cuesta comprender su reinado. Veamos qué resumen se hace de su gobierno.
“Felipe IV gobernó España, había mucha crisis económica al principio pero luego ya no, había democracia, había muchas guerras, epidemias, hambrunas, moría mucha gente, luego al final todo cambió a mejor aumentó la economía, disminuyen las epidemias y guerras, mucha gente tenía para comer y morían menos, después de Felipe IV gobernó Franco, con Franco iban las cosas mejor que con Felipe IV”.
Ahí queda eso. Al final Felipe IV va a tener la culpa hasta de la muerte de Manolete. Y, claro, Franco no tuvo más remedio que alzarse contra él: ¡tres siglos reinando el tío cansino!
Y ahora hablemos de la Revolución Francesa, ese hito que da comienzo a la Historia Contemporánea y termina con el Antiguo Régimen. Es uno de los hechos históricos más estudiado, sin duda. Pasemos a ver lo que nos cuentan nuestros estudiantes.
Comenzamos con lo que ha de ser una especie de resumen de las causas que confluyeron en la revolución del Tercer Estado contra el sistema absolutista de Luis XVI:
“Orígenes de la revolución francesa: los franceses habían conquistado varios estados. En Francia se reconocían tres representantes máximos. En Francia hubo una reunión en la cual los tres representantes se reunieron con el Papa, éstos votaron qué consulados salían. Había tres consulados pero se podía llegar a tener dos, ya que también votaron quiénes tenían derecho a votar, hasta ahora el pueblo no podía, pero llegaron a la conclusión de que si el pueblo votaba se podía llegar incluso a un empate”.
Curiosa redacción sobre los problemas producidos tras la convocatoria de los Estados Generales por Luis XVI. El que no sé qué pinta es el Papa; bueno, y tampoco queda muy claro quién votaba y quién no, quién leches eran esos cónsules que por ahí pululan amenazando con menguar, etc. Lo peor era la situación del pueblo, sin duda: por mucho que votasen sólo podían aspirar al empate. Que estaban malamente, los pobres, y así normal que se rebotasen. De eso, al menos, se ha enterado. Suficiente.
La revolución continúa y los dos grupos mayoritarios que surgen tras la Asamblea Nacional, los más moderados girondinos y los más radicales jacobinos, se suceden al frente de la Convención, el órgano legislativo de la nueva República Francesa. A los jacobinos también se les llamaba montañeses (montagnards), por ubicarse sus escaños en la parte más alta de la Asamblea. Así, a la convención girondina le sigue la montañesa o jacobina.
“Convención montañesa es la etapa en la que se dan varias guerras que se llevan a cabo desde las montañas”.
Del mismo modo:
“Robespierre dirigió al ejército de los Montañeros”.
Hombre, si se trata de una metáfora, la verdad es que fue una época cumbre en cuanto a la consecución de derechos por parte de los ciudadanos, pero no sé yo si se trataba de una licencia poética por parte del alumno.
Llegó Napoleón y convulsionó toda Europa, pero esta parte de la historia deberá esperar… hasta la siguiente entrega de Respuestas increibleblebles.
Continuamos con alumnos de 4º, a los que maltratamos intentando enseñarles (modo irónico on) algo tan inútil como la historia (modo irónico off).
Tratando sobre las causas de la Reforma protestante del Siglo XVI, se hace referencia a las prácticas poco edificantes de los obispos de la época, que solían no residir en las diócesis de la que eran titulares, así como de los canónigos que formaban parte de los cabildos de las iglesias y catedrales, que lejos de preocuparse por sus fieles únicamente pensaban en el beneficio. Sin embargo, entre tanta residencia, y tal, alguno se lía un poco:
“los obispos no residían en sus diócesis, los canónigos sólo buscaban el edificio…”.
Claro, andaban un poco perdidos, los hombres, buscando a los obispos, que los jodíos no estaban donde tenían que estar.
El caso es que Lutero veía todo esto muy mal, y reaccionó redactando y haciendo públicas sus 95 tesis contra las indulgencias, esas bulas papales que otorgaban el perdón de los pecados a cambio de dinero.
“Lutero puso en la Iglesia de Witenberg las 95 tesis contra el indulgismo”
Es muy habitual en la actualidad, y una de las principales quejas que se realizan al gremio periodístico, poner en boca de alguien palabras que no ha dicho. Normal, porque ya desde jóvenes practican. Muy conocida es la sentencia de Felipe II justificando la derrota de la Armada Invencible”: “no he enviado mi flota a luchar contra los elementos”. Cierto que hay variaciones, pero quizá las que nos proponían estos estudiantes son excesivas.
“Felipe II dice que él no ha mandado esos barcos y entra en lucha con los elementos”.
Bueno, en este caso creo que no se había enterado muy bien de qué iba la historia y parece que Felipe II en realidad quería escurrir el bulto; eso sí, esos elementos con los que entra en lucha no sé qué serán.
“Este suceso fue el origen de la frase conocida de Felipe II: la causa de mi derrota ha sido el tiempo”.
Si en el fondo parece que sí, que lo ha pillado, pero lo expresa de un modo algo raro.
También sus descendientes fueron objeto de bulas e injurias. Fijaos lo que decían de su nieto.
“Felipe IV trasladó la corte a París”
¿El rey pasmado le llamaban? Pasmados nos ha dejado a nosotros. Después de que su abuelo hiciese de Madrid capital del reino, va y hala, de mudanza a Versalles. Si los comuneros se rebotaron con Carlos I por no ser español, a saber qué hubiera hecho el pueblo castellano si hubieran trasladado la Corte a París… La del 2 de mayo, pero dos siglos antes, como poco. Un precursor de los afrancesados.
Un tipo raro, este cuarto Felipe. Parece que a alguno le cuesta comprender su reinado. Veamos qué resumen se hace de su gobierno.
“Felipe IV gobernó España, había mucha crisis económica al principio pero luego ya no, había democracia, había muchas guerras, epidemias, hambrunas, moría mucha gente, luego al final todo cambió a mejor aumentó la economía, disminuyen las epidemias y guerras, mucha gente tenía para comer y morían menos, después de Felipe IV gobernó Franco, con Franco iban las cosas mejor que con Felipe IV”.
Ahí queda eso. Al final Felipe IV va a tener la culpa hasta de la muerte de Manolete. Y, claro, Franco no tuvo más remedio que alzarse contra él: ¡tres siglos reinando el tío cansino!
Y ahora hablemos de la Revolución Francesa, ese hito que da comienzo a la Historia Contemporánea y termina con el Antiguo Régimen. Es uno de los hechos históricos más estudiado, sin duda. Pasemos a ver lo que nos cuentan nuestros estudiantes.
Comenzamos con lo que ha de ser una especie de resumen de las causas que confluyeron en la revolución del Tercer Estado contra el sistema absolutista de Luis XVI:
“Orígenes de la revolución francesa: los franceses habían conquistado varios estados. En Francia se reconocían tres representantes máximos. En Francia hubo una reunión en la cual los tres representantes se reunieron con el Papa, éstos votaron qué consulados salían. Había tres consulados pero se podía llegar a tener dos, ya que también votaron quiénes tenían derecho a votar, hasta ahora el pueblo no podía, pero llegaron a la conclusión de que si el pueblo votaba se podía llegar incluso a un empate”.
Curiosa redacción sobre los problemas producidos tras la convocatoria de los Estados Generales por Luis XVI. El que no sé qué pinta es el Papa; bueno, y tampoco queda muy claro quién votaba y quién no, quién leches eran esos cónsules que por ahí pululan amenazando con menguar, etc. Lo peor era la situación del pueblo, sin duda: por mucho que votasen sólo podían aspirar al empate. Que estaban malamente, los pobres, y así normal que se rebotasen. De eso, al menos, se ha enterado. Suficiente.
La revolución continúa y los dos grupos mayoritarios que surgen tras la Asamblea Nacional, los más moderados girondinos y los más radicales jacobinos, se suceden al frente de la Convención, el órgano legislativo de la nueva República Francesa. A los jacobinos también se les llamaba montañeses (montagnards), por ubicarse sus escaños en la parte más alta de la Asamblea. Así, a la convención girondina le sigue la montañesa o jacobina.
“Convención montañesa es la etapa en la que se dan varias guerras que se llevan a cabo desde las montañas”.
Del mismo modo:
“Robespierre dirigió al ejército de los Montañeros”.
Hombre, si se trata de una metáfora, la verdad es que fue una época cumbre en cuanto a la consecución de derechos por parte de los ciudadanos, pero no sé yo si se trataba de una licencia poética por parte del alumno.
Llegó Napoleón y convulsionó toda Europa, pero esta parte de la historia deberá esperar… hasta la siguiente entrega de Respuestas increibleblebles.
Ahora lo entiendo todo, ya sé por qué corriges exámenes... ¡para tener contenidos para la web!
ResponderEliminarEl indulgismo ¿qué es? ¿Un huevo colgando y otro lo mismo?
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